Tercer trimestre; Parte 9.

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La visita del Líder de la Secta Jiang había provocado que Lan Wangji fuera expulsado de su propia casa.

Como un adulto responsable y un esposo permisivo, Lan Zhan había interrumpido en el Hanshi exigiendo la expulsión de Sandu Shengshou.

A pesar de sus magníficos argumentos, algunas miradas de reproche y contundentes "Mmn", Lan Huan no lo apoyo en su decretó.

Lan Zhan sabía que su hermano estaba prendado por Jiang Wanyin, y para el Segundo Jade ese era otra razón importante para que se prohibiera a su cuñado en Gusu Lan.

—¿No se pondría triste Wei Wuxian si su hermano no puede venir a visitarlo?— Conteniendo su diversión el Líder Lan preguntó.

Con un resoplido, Lan Wangji se recostó en la cama de su hermano sin insistir más en la idea.

Como muestra de su latente enojo Lan Zhan dio la espalda a su hermano, se abrazo a su pancita y tonó la manta para cubrirse completamente con ella.

Unos minutos después, HuaGuang Jun se levantó y se sentó en la mesa con su hermano.

—Es el embarazo— Musitó serenando su rostro. Aunque sus orejas encendidas no pasaron desapercibidas para su hermano mayor.

Lan Xichen dejó a un lado todo el papeleo en el que trabajaba y preparó a su hermano té especial directo desde Qinghe Nie.

HuaGuang Jun recibió feliz la tacita y profundamente inhalo el vaporcito. Por fin, después de más siete meses había encontrado la solución de sus males, ya no se levantaba en la madrugada para vomitar.

Seguía vomitando, pero pasar de vomitar a las 3:00 de la madrugada a las 6:00 era todo un logro.

Más le valía a Nie Huaisang continuar mandando el bendito té a HuaGuang Jun.

Los Gemelos de Jade conversaron amenamente, hasta que unos amables golpecitos en la puerta los interrumpió.

—Zewu Jun— Llamó una voz conocida.

—Pasa, Sizhui.

La puerta se deslizo y un joven cultivador entró con elegancia, saludo con un arco y cuando levanto el cuerpo vio a su padre.

—Vine por mis clases— Mencionó algo incomodo. —Puedo retirarme si están ocupados.

—No— Lan Wangji se levanto con algo de esfuerzo y desocupo el asiento frente a su hermano, con un gesto invitó a su hijo a sentarse.

Lan Yuan tomó su lugar.

Sin ganas de vagar por los Recesos en soledad, Lan Zhan decidió quedarse deliberadamente en el Hanshi.

Con la tranquila voz de su hermano hablando de diplomacia de fondo, el Segundo Jade recorrió los estantes. Varios libros de poesía, pequeños (pero caros) recuerditos de las diferentes sectas, una flor de loto preservada con energía espiritual y hasta algunas novelas románticas de dudosa procedencia.

¿El resentimiento de la montaña primaveral?

Luego pasó a ver las pinturas en las paredes. Pinturas hechas por su hermano.

Paisajes, flores, animales y personas.

Antes había una pintura sobre el final de la guerra. Lan Wangji recordaba el cuadro, era la Ciudad Sin Noche y al final de las eternas escaleras tres figuras que se juraban lealtad. Una verde, una azul y una amarilla.

Ahora en su lugar encontró un paisaje del Receso de las Nubes, el campo de los conejos. Lo que realmente lo sorprendió fue verse en la pintura, embarazado como estaba, siendo peinado por Lan Yuan.

Acarició con la punta de sus dedos el pequeñito Sizhui en la pintura.

Después de casarse con Wei Ying, su marido lo había dibujado tantas veces y de tantas maneras, también a lo largo de los año había plasmado a su Sizhui, al Líder Jiang, memorias de Yanli y algunos retratos de su antiguo cuerpo.

La risa traviesa lo saco de sus pensamientos. —No creó que esa sea una buenas estrategias política, tío— Rió el cultivador.

—Nunca subestimes el poder de una buena cocina, Sizhui ¿No fue así como tu padre conquisto a... tu otro padre?

—Hermano— Regaño.

—Recuerdo que no fue en ese orden— Rió el joven.

—A-Yuan— Regaño a su hijo.

Y luego ambos se rieron del embarazado.

Indignado HuaGuang Jun se sentó en la mesa.

—¿Qué le estas enseñando?— Exigió a Lan Huan.

—A cocinar— El Líder de la Secta Lan contesto con seriedad.

Con un bufido Lan Wangji se levantó y se marcho del Hanshi.

Tal vez su tío sería más filial que su hermano e hijo traidor que disfrutaban demasiado de sus reacciones de embarazado.


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¿7? Es el número de la magia...

Un duplo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora