Segundo trimestre; Parte 4

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Prohibidas las cacerías nocturnas y un notable disminución del esfuerzo físico, fueron indicaciones directas del médico.

Y para una persona como Lan Zhan, quien había seguido rigurosamente su rutina por los últimos cuarenta años empezaba a ser difícil.

Lo único que había permanecido más o menos igual, fueron sus sesiones de meditación.

Hasta que se cayó.

Ese día volvió al Jinshi para encontrarlo vació, con su esposo posiblemente siguiendo al Líder de la secta Jiang hasta hacerlo berrear.

En su casa, se despojo de su complicado atuendo y a diferencia de las veces que lo acompañaba su marido, doblo cuidadosamente las prendas y las dejo sobre su cama. Quedando solo en el pantalón interior.

Se paró frente el gran espejo y acuno su vientre.

Ya podía notar con claridad los cambios en su cuerpo y Tao Cai mencionó que pronto podría notar los movimientos de su bebé.

Pasó sus dedos sobre su piel con el tipo de toque cuidadoso que solo usaba para tomar el rostro de Wei Ying.

Mi bebé.

Regaló unas cuantas caricias más antes de dirigirse a la sección del Jinshi donde descansaba su Guquin.

Como era natural en él, con un movimiento fluido se paró sobre sus manos.

Era una costumbre de su crianza hacerlo a un lado de la pared, pero hace décadas que era incensario para él usarla de apoyo.

Normalmente también usaría solamente un brazo en su meditación, para fortalecer la concentración y el equilibrio. Pero desde su embarazo, considero preventivo usar ambos brazos.

Meditar siempre ayudaba a Lan Wangji a despejar la mente, ordenar las ideas y disipar miedos, hasta le ayudaba considerablemente mejor que los suplementos para combatir las nauseas. Tenía sus motivos para hacerlo tan seguido.

Todo el día había sentido en la boca del estomago la promesa contante del vomito.

Cuando regulo su respiración, la incomodidad desapareció poco a poco.

Algunos minutos después, las nauseas volvieron intensificadas y por primera vez en su embarazo sintió los malvados mareos que a veces aquejaban a Wei Wuxian.

Estaba de cabeza y con los ojos cerrados, cuando el vértigo apareció.

Sintió el mundo a su alrededor girar, y en su desorientación intento ajustar su postura. Su propio movimiento lo condeno y abrió los ojos justo a tiempo para ver el mundo ladearse.

Cayó como un árbol talado.

Fue más el ruido del golpe que el dolor, lo que lo alarmo. Nunca, nunca, HuaGuang Jun había tendido un accidente como ese.

Se levando de un saltó mientras abrazaba su abdomen e hiperventilando corrió a su espejo para revisarse.

Con desesperación estudio su vientre en busca de heridas, pero ni siquiera tenía algún tipo de manifestación cutánea.

Nunca estaba de más asegurarse y tomando su túnica interior, se dirigió al pabellón médico.

Si al médico de turno le pareció extraño ver a HuaGuan Jun descalzo y pidiendo una revisión para su bebé no nato, no comento nada.

En la noche cuando Lan Zhan le contó el incidente a su marido, algunas lagrimas se derramaron cuando confeso lo asustado que estaba por el bienestar de su bebé.

-.-.-.-.-.-.-.

Estando de cabeza le da en la madre a su sistema vestibular y con los ojos cerrados el cerebelo se va a confundir. Más un episodio de vértigo. Lo necesario para derribar a HuaGuang Jun en mi humilde opinión. 

Te amo Lan Zhan, perdóname. 

Un duplo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora