Tercer trimestre; Parte 8.

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 —¡Jiang Cheng! ¡Mi hermano querido! ¡Mi segundo líder de secta favorito!— Wei Ying agitó sus manos vigorosamente mientras veía a su hermano aterrizar.

—¿Cómo que segundo favorito?— Fue el saludo del hombre de morado mientras le daba un zape en la cabeza a su hermano.

—¡Aiya! ¡Niégame que Jin Ling no es el más adorable!— El embarazado se sobo su cabecita, aunque hace meses que los golpes de su hermano eran súper ligeros.

Un resoplido fue toda la respuesta de Jiang Wanyin y con confianza se adentró a los Recesos.

—¿Donde dejaste a HuaGuang Jun?

—Está en el Hanshi, en una fiesta Lan a la que no me invitaron— Wei Wuxian se aferró al brazo de su hermano y berreó.

—Dale un poco de paz al hombre, Wei Wuxian.

—Bueno, no es verdad... ¡Yo fui quien lo saco del Jinshi!— El puchero de cultivador demoniaco se profundizo, pero enseguida cambió a una expresión completamente alegre.

—¿Lo sacaste del Jinshi?— Jian Cheng se detuvo en seco y encaró a su hermano. —¿Qué hizo? Puedo romperle las piernas sin lastimar a mi sobrino.

—Que bah— Wei Wuxian jaló a su hermano camino a su casa. —Lo saque para tener el Jinshi para mi, así podrás darme un masaje.

—¿Darte un masaje?— El Líder de la secta detuvo otra vez su marcha resistiéndose a entrar a la casa frente a él.

—Me duelen mis pies Jiang Cheng— Lloriqueo Wei Ying. —¡Me duelen! ¡Me duelen!

El Patriarca de Yilling entro a su hogar lloriqueando dejando atrás a su hermano.

Jiang Wanyin completamente sobrepasado por la vida lo siguió resignado. En el interior ya lo esperaba su hermano sentado en su cama, remojando sus pies en agua aromática.

—Wei Wuxian, no.

—¡Es por tu sobrino Jiang Cheng!— El embarazado dio ligeras pataditas al agua.

—Mas te vale que tu hijo me ame— El Líder de la Secta se arremango las mangas y se arrodillo al lado de su hermano.

—Yo no puedo hacer eso, tienes que ganártelo— Wei Ying contesto antes de sumergirse en el descanso de masaje. —Que envidia le tengo a Xichen-ge, que buenos masajes das Didi.

—¿Que dijiste?— Gruñó Jiang Wanyin presionando con verdadera fuerza en la planta del pie en el que trabajaba.

—¡Nada! ¡Nada!— Se apresuro en contestar el embarazado.

Entre amenazas vacías el hermano menor dio su masaje.

—Ya no más Wei Wuxian— Soltó cuando se levantaba y procedió lavarse las manos.

—Gracias— El cultivador demoniaco se recostó en su cama. Pero el peso de su propia panza lo obligó a acostarse de ladito. —¿Cómo están las cosas en Yunmeng? —Preguntó mientras acariciaba su regordeta panza y veía a su hermano pasear por toda la estancia.

—Lo de siempre— Respondió Jiang Cheng sentando se por fin en la cama cerca de la cabeza de su hermano. El Patriarca aprovecho la cercanía y se recostó en su regazo.

—A mi hermana le hubiera encantado ver tu embarazo— Susurro Jiang Wanyin comenzando a peinar el cabello de su regazo. El Líder sintió al otro hombre encogerse, pero como no se retiró u objetó continuó hablando. — Hubiera corrido a los Recesos de las Nubes apenas se hubiera enterado y abría estado todos los días cuidándote. —Resoplando divertido agregó.— Hubiera cuidado también a HuaGuang Jun... Y ni Xichen, ni yo habríamos tenido una oportunidad en el tío favorito.

—Tú me has cuidado— Wei Ying soltó con voz húmeda ocultando su cara en las piernas de su hermano.

—Ella era mejor, era la mejor.

—Sí, lo era. La extraño— El embarazado limpió rápidamente sus lagrimas, aún así un poco de humedad llegó a la túnica morada. —Jiang Cheng, gracias por estar para mí y para Lan Zhan... Aunque ninguno de tus tés le sirvió— Rió húmedamente Wei Ying. —Y para mis bebés, gracias.


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¿cuántos capítulos esta bien subir en un día?


Un duplo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora