Tercer trimestre; Parte 13.

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Wei Wuxian se acurrucó en la monstruosa y muy mullida cama.

Había bastado un "Mnn" confirmatorio de Lan Zhan en el comentario sobre lo apretados que comenzaban estar en su camita del Jinshi enfrente de Zewu Jun para que una tropa de discípulos Lan cargando la cama más grande que alguna vez la pareja había visto sitiara el lugar.

El regalo del hermano mayor era posiblemente el mueble más caro y elegante que los Recesos habían visto en su larga historia.

Y para los embarazados quienes empezaban a terminar los días sumamente cansados y con un ligero dolor de espalda fue la gloria.

La intimidad que antes compartía la pareja había cambiado y ya solo algunos trabajos manuales compartidos llenaban el ritual nocturno de cama.

—Buenas noches Lan Zhan— Susurró Wei Ying ya como los ojos cerrados y tomando una de las manos de su esposo.

—Buenas noches Wei Ying— Respondió con un ligero apretón Lan Wangji antes de cerrar los ojos.

Varias horas después, en medio de la oscuridad Wei Wuxian abrió los ojos.

Escucho la respiración calmada de su esposo y no notó ningún indició de luz solar, sin saber que lo había despertado cerró los ojos otra vez y se acomodó más cerca de su esposo.

Cuando volvió a sentir un pequeño rebote desde su estomago.

Despertándose completamente, el cultivador demoniaco se sentó en su cama y exploró con sus manos su panza.

Otro rebote.

Venía desde el interior y lo hacía dar un saltito cada vez que pasaba.

Y se volvió a repetir algunos segundos después.

—¡Lan Zhan!— Susurró en gritó Wei Wuxian mientras sacudía a su esposo.

—Wei Ying— HuaGuang Jun se incorporó con rapidez, aunque el brusco del movimiento le provocó nauseas y le tomó más de lo normal procesar las palabras de su marido.

—¡Creo que tengo contracciones Lan Zhan!— Wei Ying repetía con susurros desesperados.

Con cada rebote, el Patriarca de Yilling quería echarse a llorar.

—¿Le duele a Wei Ying?— Lan Wangji tomó las manos de su esposo y las frotó con cariño, buscando calmar al alterado hombre.

Con el toqué y el amor que percibía en oleadas de su marido, Wei Ying logró calmar su respiración.

—No— Susurró. Llevó la pálida mano de su pareja a su pancita y presionó levemente, no tuvo que esperar mucho, cuando el rebotito se repitió. —¿Lo sentiste?

Completamente anonadado Lan Wangji asintió.

¿Qué sabía él de contracciones? Sólo que precedían el nacimiento y que eran difíciles de ignorar.

Con un despliegue de energía espiritual, Lan Wangji encendió todas las fuentes de luz del Jinshi.

Con un saltó el cultivador se puso de pie. Pero enseguida un episodio de vértigo lo golpeó.

—Mi bebé, no es momento— Lan Zhan murmuro mientras se sostenía a la cama y controlaba las nauseas.

—¡Lan Zhan!— Al ver al otro hombre tambalearse, Wei Wuxian se levantó y lo socorrió.

En un acuerdo tácito y con dificultad, los cultivadores se pusieron las botas.

Y con solo las túnicas interiores se adentraron a la montaña en busca de la residencia del médico.

El cultivador demoniaco, quien no podía evitar saltar cada vez que el rebote se repitió se aferró al brazo de su marido, quien sostenía un talismán de fuego en una mano y guiaba el camino.

—Lan Zhan— Lloriqueo el Patriarca de Yilling. —Tao Cai dijo que faltaban muchas semanas.

—Mnn.

—Ni siquiera hemos pensado un nombre— Continuaron los sonidos lastimeros— ¿Y si es un niño? ¿Y si es niña? ¡Y si son dos! ¡Laaan Zhaaaaan!

HuaGaung Jun no respondió a la llamada, pero apuro un poco más su paso.

Cuando encontraron por fin la casita, Lan Wangji se adelantó unos paso y tocó con impaciencia la puerta.

Posiblemente el ruido más fuerte que alguna vez había hecho el Gemelo de Jade.

—¡Tao Cai!— Gritó Wei Wuxian mientras se abrazaba por lo fresco de la brisa nocturna.

Antes de que HuaGuang Jun decidiera romper la puerta con una patada, Tao Cai abrió.

—¡Tengo contracciones!— Gritó Wei Ying abiertamente nada más vio al médico.

Cambiando su expresión a concentración total el Mayor Tao los hizo pasar.

La pareja ignoró lo abarrotada que se encontraba la estancia principal, y sin echarle más que una ojeada rápida a las abundantes cajas cubiertas por telas, entraron en la habitacione personal del médico.

Al sentar a su paciente el médico tomó su muñeca y empezó a indagar en su energía espiritual.

—¿Cuándo comenzaron?

—Hace unos diez minutos— Respondió angustiado Wei Ying.

—¿Qué tan intensas son?

—¡Mucho! Me hacen saltar.

—¿Cada cuanto se repiten?— Preguntó en médico sin encontrar alteraciones en los meridianos.

—Cada pocos segundo— Rebote— ¿Ve?

Tao Caí fijo su vista en el hombre y luego en el esposo preocupado que daba vueltas por la habitación.

Por último el médico pego su oído en la panza y esperó al siguiente rebotito.

Después de sentir el pequeño rebote Tao Cai se echo a reír. Mil toneladas de preocupación levantándose de los hombros del médico. Rió tan aliviado que se dejo caer mientras sostenía su estomago.

Los esposos congelados por la reacción del médico, se mantuvieron expectantes.

—Es hipo— Por fin soltó el médico mientras se levantaba y limpiaba una lagrima traviesa.

—¿Hipo?— Lan Zhan quiso confirmar.

—Sí, el bebé tiene hipo. Posiblemente por el frio ¿y cómo no tenerlo si ambos se pasean en ropa interior por la madrugada en una montaña?— El médico ayudo a su paciente a levantarse y discretamente empujo a la pareja fuera de su casa. —¡Vayan! ¡Cobijense bien y se quitara! —El médico cerró la puerta de su hogar.

La pareja se quedó parada en la oscuridad y cuando el siguiente rebote hizo saltar a Wei Wuxian, el cultivador demoniaco rompió a reír casi maniáticamente.

—Estaba tan asustado— Se carcajeó Wei Ying— Creo que quiero llorar.

—Yo también—Lan Zhan respondió soltando pequeñas risas pero con los ojos a nada de derramar lagrimas. 

-.-.-.-.-.-.

¿Y si es un niño? ¿Y si es niña? ¡Y si son dos! 

es muymuy importante para mi, qué me respondan. ¿ustedes que creen o cómo les guastaría que fuera? 

(Por cierto, basado en la vez que a me dio hipo mientras estaba en la pancita de mi mamá).

Un duplo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora