«¿Casualidad o destino?»Salí del museo con una sonrisa en los labios por aquel penoso intento de seducción. Por un momento me intrigó ver a ese hombre tan atractivo observándome. Dejé que pensara que no me había percatado de su mirada, pero no imaginé que tardara tanto... finalmente perdí la paciencia y él su oportunidad. Ya no estoy para rodeos ni cursilerías. Esos días quedaron atrás hace mucho. Aunque sus ojos verdes por poco y me hacen cambiar de parecer...
Me senté en una de las bancas más apartadas del parque y esperé a que Nathaniel saliera del museo y me buscara. Él no era un principiante, ya sabía que lo había visto. Me ubicó y se sentó en la banca que estaba a espaldas de la mía.
Saqué mi cuaderno y empecé a dibujar el abeto que tenía en frente para disimular.- ¿Qué hacías en el museo? - dijo él sin dar más vueltas al asunto.
- No te incumbe - respondí fría. No tenía porque darle explicaciones - lo que haga o deje de hacer en mis días libres no es asunto tuyo.
- ¿Quién era el rubio? - dijo encendiendo un cigarrillo
- ¿Por qué? ¿Celoso? ¿O es que quieres su número? - sonreí satisfecha al ver de reojo como le palpitaba la sien.
- Tu padre me envió a buscarte - respondió cortante
- Mentiroso. Me habría llamado - dije restándole importancia
- ¿Has encendido el teléfono acaso? - preguntó mientras exhalaba un poco de humo
- Nath... - resoplé exhausta - Es mi día libre...
- No me hagas las cosas difíciles...
- Pero sabes bien que ese es mi pasatiempo preferido - comenté haciendo un puchero.
- Nos están esperando - soltó sin ánimos de más juegos y al instante visualicé la furgoneta estacionada al final del parque.
¿Qué será tan urgente que mandó a Nathaniel a buscarme?
Rendida guardé mi cuaderno y emprendí el camino hacia mi bicicleta.
- ¿A dónde crees que vas? - dijo sin moverse de su lugar.
- A mi bici - dije señalando con mi barbilla el punto dónde la tenía estacionada - Te veo en casa - me miró con cierta desconfianza, y con justa razón, ya que no era la primera vez que lo tomaba por tonto con esa excusa.
- Lo siento preciosa, pero tengo que regresar contigo - dijo sin una pizca de remordimiento mientras yo observaba indignada como uno de sus hombres levantaba sin respeto mi preciada bici y la llevaba rumbo al vehículo.
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(1) Deux coeurs, un battement - MLB +18 [Dos corazones, un latido]
FanfictionDespués de 10 años en Inglaterra, Adrien Agreste regresa a París tras la muerte de su madre, para unirse al negocio familiar durante una guerra fría entre las tres familias más influyentes de la ciudad. En medio de todo ese caos, lo que menos imagin...