«Solo un peón»
- Dejarás el negocio familiar para siempre y te comprometerás con el partido que yo elija - respondió serio - Ahhh y en caso intentes evadir la situación y trates de huir, tengo francotiradores en los alrededores.
Permanecí en silencio algunos segundos debido al shock que me generaron sus palabras.
- Si no quieres hacerlo solo dilo - soltó mi padre demostrando la poca paciencia que lo caracterizaba.
- ¿Marinette? - dijo Adrien acercándose a la puerta - ¿Está todo bien?
- Vete al infierno - solté antes de colgar y tomar el arma para dispararle al hombre que sostenía la bandeja directo en el entrecejo, provocando que se tambalee hasta caer sin vida.
- ¡Marinette! - exclamó Adrien sin poder quitar sus ojos del occiso.
La expresión de horror en su rostro me hizo replantearme si debía compartir esta faceta mía con él, sin embargo ya no había vuelta atrás.
- Es mi padre - expliqué bajando el arma - Tenemos que salir de aquí.
Adrien continuaba como en una especie de trance.
- ¡Adrien! - grite sacudiéndolo levemente - TENEMOS QUE IRNOS AHORA.
Parpadeó repetidas veces y terminó asintiendo antes de agacharse y jalar el cuerpo hacia el interior de la habitación y cerrar la puerta, para luego dirigirse a las bolsas que había traído.
Sacó de la más grande una maleta de mano y la llenó con los insumos y prendas básicas que había adquirido.
Me lanzó un par de ellas, una peluca marrón y unos lentes de sol.
No pregunté, rápidamente fui al cuarto y me cambié las prendas.
Para cuando volví a la sala, él ya estaba vestido con ropa común y corriente, una peluca negra y una gorra de golf; y Plagg, con la cabeza sobresaliendo de la maleta.
Extendió su mano hacia mí, la tomé y corrimos escaleras abajo.
...
Dos días después.
Sábado.Habíamos logrado escapar, por muy poco, de los matones de mi padre y sobrevivir dos días ocultos, pero las cosas no habían marchado del todo bien.
Durante la huída perdimos el auto robado, así que nos hicimos pasar por turistas perdidos, y mediante aventones logramos llegar a un motel de mala muerte en Ponthévrard dónde nos admitieron sin documentos.
No podíamos usar nuestras tarjetas o teléfonos a menos que deseáramos ser encontrados... y el efectivo... se acababa muy rápido...
En otras palabras, no teníamos documentos, contactos, ni dinero para salir del país.
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(1) Deux coeurs, un battement - MLB +18 [Dos corazones, un latido]
FanfictionDespués de 10 años en Inglaterra, Adrien Agreste regresa a París tras la muerte de su madre, para unirse al negocio familiar durante una guerra fría entre las tres familias más influyentes de la ciudad. En medio de todo ese caos, lo que menos imagin...