(1) Deux coeurs, un battement - MLB +18 [Dos corazones, un latido]

XXV

«Hasta el fin del mundo»

Dos días después

Estaba cansado y adolorido después de pasar todo el día recorriendo el país. Eran alrededor de las once de la mañana y yo estaba sentado en el auto frente a aquella estación vacía, aguardando a que pase la tormenta para abordar el ferri que, con algo de suerte, me llevaría directo a mi hermosa azabache.

Todo empezó cuando me echaron de la propiedad por segunda vez, no me pensaba dar por vencido aún, así que estacioné mi auto frente al portón principal, y pensaba mantener ese bloqueo tanto como fuera necesario. Al cabo de una hora, Eliane apareció en la puerta preocupada.

- Sr. Agreste... - dijo agitada - la Srta Marinette se ha ido...

- ¿Cómo que se ha ido? - pregunté incrédulo

- No la encontramos por ningún sitio, su valija de viaje no está y... dejó esto en su tocador... - dijo entregándome el anillo de compromiso junto a un papel doblado por la mitad con mi nombre escrito en él.

Adrien,

Si estás leyendo esto, es porque ya debo estar muy lejos en un avión...
Lamento que las cosas hayan terminado de esta manera... nunca fue mi intención lastimarte, pero ya no puedo permanecer a tu lado. Si realmente me amas, no me busques.

M.

- Tiene que ser una maldita broma...

- Huyó ¿no es así? - preguntó Eliane angustiada

- Sí... - respondí arrugando el papel - pero está loca o no me conoce lo suficiente cómo para esperar que me quedé aquí sin hacer nada...

- Lo ayudaremos a encontrarla ¿Qué necesita? - preguntó

- Pensé que no era bienvenido... - dije sorprendido

- Las circunstancias han cambiado... La srta Dupain-Cheng estaba destrozada por su culpa... aunque ella lo ordenara, nadie en la mansión lo iba a recibir con los brazos abiertos... - explicó dejando ver algo del rencor residual - ...sin embargo, ahora no está pensando con claridad y en su estado de salud es peligroso que se aventure sola...

- La traeré de vuelta - dije conmovido por la devoción que mostraba hacia la azabache - busquen en su habitación cualquier pista de su posible paradero, yo iré al aeropuerto ahora mismo

- Por supuesto - dijo retirándose a la mansión

Subí a mi auto y conduje como bólido rumbo al aeropuerto. El lugar era enorme, no tenía idea de por dónde empezar, cuando recibí la llamada que estaba esperando.

- ¿Diga? - pregunté mientras subía a zancadas por las escaleras eléctricas

- Sr. Agreste, encontramos el comprobante del boleto de avión en la laptop de la señorita - dijo Eliane al otro lado de la línea - se dirige a Shangai en primera clase