XXIII

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«Jaque mate»

Dos meses después

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Dos meses después...

Estaba recostada en la hierba observando las nubes, al lado de la tumba vacía de mi madre.

- Dos meses... han pasado dos meses y aún no puedo olvidarlo... - dije en voz alta esperando que mi madre me estuviera oyendo - ya sé que es una tontería... porqué sentirme culpable si ahora soy libre... pero... lo extraño mucho mamá... - añadí dejando caer una lágrima solitaria.

Mi mente volvió una vez más a ese día...

- Decide Marinette... - dijo sosteniendo al rubio del cuello

- Nath... Te lo imploro... Bájalo - dije esta vez con lágrimas en los ojos. Los movimientos de Adrien eran cada vez más débiles y yo aún no podía elegir.

¿Cómo hacerlo? Adrien, después de todo, era el amor de mi vida, y Nathaniel era mi mejor amigo de la infancia... No podía vivir sin uno u otro...

- Nath... - susurré con la vista casi nublada, no podía presionar el gatillo...

¿Quieres vivir toda tu vida al lado de un hombre que no amas?

No...

Entonces ya sabes qué hacer...

Mi subconsciente me dió un leve empujón y hasta creo que de alguna manera envió la orden a mi mano...

Realmente ya no lo recuerdo muy bien... Simplemente sé que se escuchó un estruendo sordo, luego tanto Nathaniel como Adrien cayeron al suelo. El primero, con un agujero de bala en la espalda, en ese punto entre las costillas que conducía directo al corazón; y el segundo, tosiendo y respirando ruidosamente.

- ¡Nath! - dije corriendo al cuerpo del susodicho - Lo siento mucho... - dije dejando caer más lágrimas

- Se feliz Mari... - dijo levantando débilmente su mano, posándola sobre mi mejilla, mientras de su pecho salía sangre a borbotones.

- No... No así... Q-quéda-te conmigo... - dije sin poder controlar el temblor de mi voz

- Te amo... - dijo antes de dejar caer su brazo inerte.

Entonces sentí un par de manos acariciar mis hombros suavemente.

Me volví hacia Adrien y me dejé abrazar, liberando todo el pesar de mi pecho...

Al cabo de unos 15 minutos, se me acabaron las lágrimas y la realidad me cayó encima.

- Tenemos que salir de aquí... - dije limpiando mi rostro - Dimitri volverá pronto...

- Antes debes cambiarte de ropa - dijo señalando mi vestido lleno de sangre

- Tú también...

Fuí al dormitorio y le dí algunas prendas limpias. Luego, me lavé el rostro, el cuello y los brazos, me deshice del vestido y me coloqué uno diferente con un par de sandalias. Tomé mi valija y me reuní con el rubio en la lancha.

(1) Deux coeurs, un battement - MLB +18 [Dos corazones, un latido]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora