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«Mal hábito»

- Así que Clarice

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- Así que Clarice... - susurré acariciando su espalda desnuda.

- Si empiezas con burlas ya no te contaré nada, Agreste - dijo levantado el rostro de las almohadas con el ceño fruncido.

- No me estaba burlando, mi lady... Tu segundo nombre es hermoso, digno de una princesa - añadí dejando un beso en su hombro.

- No puedo decir lo mismo de Athanase - dijo ella con una risa traviesa - Tienes nombre de vampiro ruso.

- Eres... - empecé diciendo, sin embargo la frase quedó sin concluir, ya que al planear ir en busca de ese punto bajo sus costillas que la hacía retorcer de la risa, recordé que después de aquella intensa sesión de sexo, había olvidado por completo el tema de sus moretones.

Esto se está convirtiendo en un mal hábito...

- Soy... - dijo al ver que no terminaba mi frase acercándose peligrosamente a mis labios.

- No es correcto usar el sexo para distraerme de los problemas, eso no soluciona nada, princesa - dije como un susurro sobre sus labios.

- Es cierto - respondió ella con una mirada coqueta dejando pequeños besos por toda mi quijada - pero no vas a negar que te fascina que lo haga - agregó llevando su mano a mi miembro.

Mmmmm Marinette...

Me encantaba cada caricia que dejaba sobre mi piel, sin embargo mi mente pudo más.

Con mucho pesar retiré sus manos, las junté sobre mi pecho y traté de reprimir mis impulsos carnales para enfocarme en lo que deseaba decir.

- Marinette... No podemos seguir así... Necesito saber que lo que tenemos no es solo sexo... - dije mirándola a los ojos esperando no recibir rechazo de su parte - Me gustaría conocerte de verdad, pero cada vez que lo intento terminamos en la cama - al oír eso desvió la mirada sabiéndose descubierta - Me encanta la chica alocada y sensual que me lleva a la cama cada vez que puede, pero sé que esta no eres tú... ¿Por qué te empeñas tanto en esconderte de mí?

- No me escondo de tí... - dijo confrontándome por fin - ¡Tú eres el que se niega a aceptar que esta soy yo! ¿Acaso esperabas una princesa enamoradiza y sentimental? ¡Pues te equivocaste de chica! - soltó intentando alejarse de mí, sin embargo tomé su brazo antes de que terminara de bajarse de la cama.

- Tus ojos te delatan, princesa... - dije recuperando un poco de calma mientras la atraía nuevamente hacia mí aprovechando su indecisión ante mi comentario. A regañadientes volteó su rostro hacia mí y yo aproveché la oportunidad para acariciar su mejilla sacándola automáticamente de cuadro - Tal vez al principio podías engañarme, pero después de lo que pasó anoche, nunca más... - su rostro era un enigma total, muchas emociones reflejadas al mismo tiempo - Anoche ví algo diferente en tí... ví a una persona frágil, vulnerable, humana... no a la sensual mujer a prueba de balas que aparentas ser... tu perfecta careta se resquebrajó lo suficiente para darme cuenta de que todo esto es una fachada, un engaño para despistar al mundo... pero no a mí... yo no me pienso conformar con una mentira... - su mirada atónita y cristalizada me dejó claro que iba por buen camino, estaba derribando ladrillo por ladrillo esa gran muralla que rodeaba su corazón - ¿No lo entiendes? No me basta con saber tu segundo nombre o tu comida favorita... Quiero ver la alegría de tus ojos al hacer lo que más te gusta, quiero ser el pañuelo de tus lágrimas cuando te sientas triste, quiero estar ahí para levantarte cuando algo te derribe, quiero recibir tus golpes de furia cuando te haga enojar... Te quiero a tí... sin caretas... sin mentiras... Marinette, déjame amarte por completo y sin medida.

(1) Deux coeurs, un battement - MLB +18 [Dos corazones, un latido]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora