(1) Deux coeurs, un battement - MLB +18 [Dos corazones, un latido]

XV

«Secuestro»

Estaba sentada en un hermoso prado, disfrutando del sol y la suave brisa de primavera.

- ¿Regresamos hermosa? - dijo una voz familiar atrayendo mi atención

- ¿Regresamos? ¿A dónde? - pregunté confundida

- ¿A dónde más mi lady? - respondió acercando su rostro al mío para chocar nuestras narices - A casa...

- A casa... - repetí sin comprender aún

Él colocó todo lo que teníamos alrededor en una cesta y me extendió la mano para levantarme. La tomé y sin soltarnos caminamos en silencio por el bosque que rodeaba al hermoso prado.

Después de un tiempo caminando, pude visualizar una hermosa casita en medio de un claro, era sencillamente presiosa...

Entramos a la vivienda y me inundó la calidez que transmitía. Todo el ambiente olía a canela y la luz que entraba por la gran ventana iluminaba todo de forma encantadora.

- Marinette - dijo atrayendo mi atención. Volteé a verlo, sin embargo ya no estaba...

«Marinette...»

Volví a escuchar

«Marinette... despierta»

Entonces la hermosa visión de aquella cabaña desapareció para ser reemplazada por un lugubre y frío sótano.

- ¿Marinette...? - escuché su voz con claridad, enfoqué mejor la mirada y logré localizarlo, atado a una silla,
a unos metros de dónde me encontraba.

- Adrien... - dije en un suspiro de alivio dejando de lado nuestra reciente discusión - ¿dónde... estamos? - dije tratando de moverme comprobando que también estaba atada.

- No tengo idea... desperté hace poco - dijo observando el cuarto.

- Ya veo... - resoplé rendida - ¿Tienes idea de cuánto tiempo ha pasado?

- Bueno... a juzgar por la luz que entra por la rendija de allá, ya debe ser de día... - dijo señalando una esquina del techo con un movimiento de cabeza.

- Maldición... - dije para mí misma, sabiendo que habíamos perdido nuestra oportunidad para huir.

- Marinette... - volvió a decir atrayendo mi atención - Sé que no es el mejor momento, pero... quería decirte que lo siento... yo... me comporté como un imbécil...

- Sí, lo hiciste... - interrumpí con fastidio al recordar aquel momento - Si no hubiera sido por tu escenita no estaríamos aquí...

- Probablemente... - dijo con clara culpabilidad en el rostro - Me dejé llevar...

Estuvimos algunos minutos en silencio hasta que no pude más con su mirada arrepentida...

- ¿Por qué reaccionaste así? - dije cediendo