𝑴𝒂𝒓𝒊𝒑𝒐𝒔𝒂𝒔 𝑶𝒔𝒄𝒖𝒓𝒂𝒔 || 𝑀𝑎𝑛𝑗𝑖𝑟𝑜 𝑆𝑎𝑛𝑜 ||

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—¡Mitsuya! — grito para que volteara. —Siento mucho hacerte esperar.

—Descuida, no es nada, solo unos minutos — le sonrió.

Ya habían pasado tres días desde que se volvieron a ver, desde hace dias que estuvieron haciendo planes para poder verse y pasar una tarde juntos pero a causa de que ella tenía escuela, trabajo y asuntos personales no podía estar dispuesta para algo, hasta ahora que movió un par de asuntos y pudo hacer un espacio para ver a su amigo de la infancia.

Decidieron reunirse en su lugar favorito de cuando eran niños por lo que fueron ambos a sentarse a los columpios del parque donde se habían conocido.

—Bueno, cuéntame todo ¿Que haces ahora? ¿Como están tus hermanas? ¿Como estas tu? — pregunto emocionada haciéndolo reír un poco.

—Mis hermanas están bien al igual que yo y pues... lo que hago es...

—Estas en una pandilla — le interrumpió. —Eres un delincuente Mitsuya — al oír aquello la miró serio y asustado pero esa expresión desapareció cuando la vio reír. —Deberías ver tu cara — comentó divertida. —Mitsuya eso no me importa, tu eres mi mejor amigo y te quiero demasiado, no hay cosa que cambie eso, solo prometeme que tendrás cuidado, ¿si?

Sonrió ladenado la cabeza. —Claro, ahora cuéntame también de ti. ¿Como estas? ¿Como estan tus padres, abuela y hermano? ¿Como te fue en el extranjero? ¿Por qué volviste?

Río —Yo estoy bien, mis padres y abuela también lo están y pues mi hermano sigue siendo el mismo niño mocoso de siempre — rieron. —Me fue muy bien, el extranjero es muy bonito y volví por que ya necesitaba volver a respirar de nuevo el aire de Japón.

—Seguro que si lo extrañabas, ya cuatro años en el extranjero y al fin te dignas a volver.

—Oye, tampoco fue tanto — río. —Vayamos a pasear.

Ambos chicos comenzaron a caminar mientras reían y contaban varias anectodas de lo que habían pasado mientras el otro estaba ausente.

Mitsuya le contaba sobre la Touman y sus amigos junto con el puesto que tiene en la pandilla y la cantidad de peleas en las que había estado mientras que ella le contaba como le había ido, los amigos que había echo y las aventuras divertidas que había vivido.

—Vaya, si que estas viviendo tu vida Mitsuya — exclamó con una sonrisa.

—Si... y me alegra que tu vuelvas a estar en ella — sonrió mirándola de reojo.

—Oh, tan lindo como siempre — lo  abrazo por detrás. —Cargame.

—Agh, no has cambiado nada — resoplo con una sonrisa.

Se inclino un poco para que ella saltara impulsando se y agarrando se de su cuello mientras que el la sujetaba de las piernas para que no se callera.

De niños el siempre la llevaba pues ella siempre decía que se cansaba.

Comenzaron a caminar así los dos juntos viendo a la gente pasar y recordando los viejos momentos que pasaron con una sonrisa resplandeciente.

—Recuerdas que en ese edificio me escondí cuando intentaba huir de ti por que me diste miedo — apunto mientras reía a carcajadas.

—Claro, me sentí mal por que corriste de mi y eso que yo te quería ayudar con aquel gato que querías atrapar — rio.

—Es que eras mayor y llegaste de la nada asustando me y pues... por instinto corrí asustada, además parecías alguien malo con esa pinta de delincuente.

—Solo soy mayor por un año y ni quiera llegue de la nada, fui tranquilo — excuso.

—Bueno ya, debes estender que esa era yo de antes, ya cambie y te conocí y supe que eres el mejor — sonrió alegre besando su mejilla con dulzura.