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El día pasaba realmente lento para ella mientras que se dedicaba a limpiar mesas y atentar a los clientes que llegaban a la cafetería.

Había llegado hace ya dos meses a Tokio de nuevo y desde hace un mes que logró conseguir aquel trabajo para poder mantenerse, agradecía que aunque tuviera tan sólo 14 años la aceptaron en un horario de 2pm a 6pm de lunes a viernes y los fines de semana de 10am a 4pm.

Aquello era por que entre semana tenía escuela y tenía que ir a hacer aquellos asuntos personales que tenía todos lo días y los cuales su jefe entendió perfectamente.

Ya casi eran las seis de la tarde por lo que antes de irse limpio las mesas y lavo los trastes sucios que habían justo como hacía todos los días para dar una buena imagen a su jefe.

—Oh, Meily enserio te esfuerzas demasiado en este empleo — resoplo su amigo recargado en la barra.

—Pues es que enserio necesito el dinero Ryuk — le quito las manos de la barra para pasar un trapo por ahí y luego ir lo a enjuagarlo.

Ryuk trabaja con ella en aquella cafetería y se había convertido en un gran amigo para ella.

Ambos tenían el mismo horario ya que el solo era un año mas grande que ella, lo que significa que pasan juntos todo el tiempo atendiendo a los clientes de la cafetería y cada uno se ayudaba mutuamente.

—Yo solo hago esto por que mis padres me quitaron la mesada — suspiro cansado para luego irse a atender a una pareja que recién llegaba.

Tomó la orden con una resplandeciente sonrisa como siempre debía hacer para después caminar de vuelta hacia ella y comenzar a hacer los cafés que le pidieron.

—¿Seguro que puedes tu solo por tres hora? — le preguntó preocupada.

— Si, no te preocupes, además tu no puedes faltar ya que hoy te darán noticias buenas, así que vete ya o llegaras tarde — alentó su amigo.

— Bueno, nos vemos mañana — se despidió de él con un beso en la mejilla y salió dirijiendose a su nuevo destino.

Ryuk debía quedarse unas hora más puesto que uno de los chicos que iba de noche llegaría unas tres horas tarde y como la cafetería no podía quedarse sola Ryuk se ofreció a cubrir esas horas ya que sabía que lo que su amiga hacía todos los días después de trabajar era importante.

Le agradeció plenamente pero aún así estaba preocupada de sí su amigo podría el sólo con toda la cafetería durante tres horas.

Decidió sacar esos pensamientos y confiar en que Ryuk lo haría bien centrándose mejor en llegar más rápido ya que iba algo tarde.

Cuando porfin llegó entró buscando al doctor Akiyama para poder hablar con el.

Le preguntó a una persona donde podría encontrarlo y este le dijo que recientemente había salido para atender una llamada. Salió para buscarlo y lo vio guardando su teléfono por lo que no dudo en hacercarse para poder hablarle.

Lo que no sabía es que un chico rubio que también estaba ahí ese día la veía desde lo lejos viendo como ella hablaba decaída con aquel doctor.

Lo que se suponía eran buenas noticias terminaron siendo todo lo contrario.

Cuando aquel chico porfin vio que su conversación acababa y que el doctor se iba no dudo en acercarse a ella por detrás muy sigiloso.

—¡Hola! — salto asutandola un poco.

—¿Mikey?, ¿qué haces aquí? — cuestiono ella confusa.

—Lo mismo te pregunto — la miró serio.

𝑴𝒂𝒓𝒊𝒑𝒐𝒔𝒂𝒔 𝑶𝒔𝒄𝒖𝒓𝒂𝒔  || 𝑀𝑎𝑛𝑗𝑖𝑟𝑜 𝑆𝑎𝑛𝑜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora