BastianMi última noche de soltero e iba a pasarla acompañado de una botella de licor. En unas horas amanecería y el despertar sería amargo.
El momento soñado por Morgana y odiado por mí había llegado. Tocaba armarse de valor y prepararse para la soportar toda la parafernalia. Había tomado una meditada decisión y le llevaría hasta el final, sin importar las consecuencias. Era un hombre de palabra, prometí que me casaría y lo haría.
Me senté en mi terraza disfrutando de la soledad de la luna, observando como teñía las sombras con sus hilos de plata. Apuré un vaso de vodka, no debía excederme. Llevaba un mes sin beber y no era el día adecuado para agarrar una cogorza. Presentarme con resaca en mi propia boda no estaría bien visto.
A la mierda la sociedad y el convencionalismo. Me reí como un energúmeno, imaginando las caras de los asistentes a la ceremonia si aparecía beodo y desnudo.
La noche estaba apacible, el clima era agradable. El día había transcurrido envuelto en una ola de calor y aseguraban que la semana se mantendría calurosa.
Miré la piscina con codicia. Me había costado años de terapia mi fobia al agua, aunque, con el tiempo y la ayuda de mi terapeuta conseguí curarla. Sin embargo, navegar era imposible para mí. Solamente me sentía seguro en los espacios cerrados donde podía mantener el control.
Me zambullí desnudo en la piscina. Mis agarrotados músculos agradecieron el frescor del agua. Hice unos largos, los suficientes para terminar machacado.
❤️
Desperté intranquilo y desorientado. Únicamente recordaba que después de un buen rato a remojo, me había tirado cuál fardo en la cama. El chirriante sonido del móvil me sacó de mi aturdimiento.
Me levanté a desgana, arrastrando los pies. Comenzaba a tener dolor de cabeza. Tomé dos analgésicos. De buena gana me hubiera drogado para soportar lo que se avecinaba. Agarré el iPhone que no paraba de sonar.
—Diga —contesté con malas pulgas.
—Bastian, hijo—. ¿Has mirado la hora? —La voz airada de mi madre me fundió el tímpano—. Ya deberías de estar aquí. Tu padre está muy enfadado, no entendió esa tontería de dormir en tu casa. Tenemos que salir sin demora para el pazo.
—Yo voy en la moto por mi cuenta —afirmé, separando el auricular de mi oído, la voz aguda de mi madre me rompía las pelotas recién despertado.
—Sabes lo que opina tu padre de eso. Hay invitados muy importantes que debemos recibir.
—Mamá, esto parece más un besamanos del rey que una boda. ¡Joder! Yo no voy a lamberle el culo a nadie.
—Bastian —endureció el tono—. Sabes lo que opino que te expreses con ese lenguaje tan soez. No es propio de un caballero.
—No soy un caballero madre, y tampoco virgen, me he follado a unas cuantas. Pero si te hace feliz, puedo llegar a la boda montado en un corcel blanco —comenté hastiado
—¡Bastian!
—En una hora llego al pazo.—Corté la llamada bruscamente sin despedirme. Apenas había comenzado el día y ya estaba saturado de tanta inquisición.
❤️
Me encontraba en la sala rodeado de los invitados más ilustres de la fantochada. Era la principal de las cuatro que tenía el pazo, una maravilla decorada con objetos exclusivos traídos de diversas partes del mundo, que en este momento no tenía tiempo, ni ganas de admirar.
Después de soportar cientos de saludos, conversaciones insulsas y una pequeña discusión, el humo me salía por las orejas y hasta por los huevos.
ESTÁS LEYENDO
Rendido A Ti- Volumen I
AléatoireEl Dr. Bastian Tovar pisaba un quirófano y las enfermeras dejaban de sentir las piernas Frío y arrogante, poseía unos ojos satánicos que traspasaban las almas y despertaban el morbo. El cirujano solamente sentía el corazón cuando lo tenía latiendo e...