El Distrito 2, mi amado hogar.
Uno de los más ricos distritos de Panem. Donde la mayoría de los agentes de la paz son entrenados y donde las armas son manufacturadas, aunque también hacemos algo de minería.
Pero mi realidad era muy diferente...
-Gracias, pero no -respondí con una sonrisa corta mientras me levantaba del sofá.
-Hija, es tu cumpleaños -suplico siguiéndome por la casa.
-Eso es justo por lo que te digo que no -asegure alzando las cejas y ladeando la cabeza como si fuera obvio mientras entraba a la cocina y saludaba a la abuela con una ligera sonrisa que ella correspondió con diversión.
-Cariño, hay personas que te extrañan...
-Dudo mucho que siquiera me recuerden papá -interrumpí con sarcasmo mientras tomaba una taza.
-No has ido desde que tu madre murió -Soltó de repente y sentí como la abuela se tensó a mi lado haciéndome molestar aún más.
-Desde que se suicidó quieres decir -corregí apretando mi mandíbula mientras ponía la tasa en la cafetera- Por que ellos la volvieron loca en esos estúpidos juegos.
-Lena -detuvo tomándome de los hombros y haciendo que volteara a verlo mientras la abuela salía de la cocina sin decir una sola palabra- Respira -pidió mirándome a los ojos y suspire cansada- Acabaremos con todo eso pronto, pero necesitamos mantener las apariencias... por ahora.
-¿Has hablado con Coín? -pregunte en voz más baja y él negó haciéndome suspirar- 1 hora -cedi luego de unos minutos y él sonrió- 1 hora y vuelvo al tren o tu casa.
-Echo -acepto feliz- También es tu casa, cuando cumplas 19 podría solicitar un permiso para que te mudes conmigo -sugirió y entorné los ojos para voltearme a seguir con mi café.
-Me gusta mi distrito y no dejare a mi abuela y a mis tíos solos, gracias.
-Lena.
-No dejaré a mis niños -corte refiriéndome al orfanato cerca de la villa de los vencedores.
Como decía, todos creen que somos privilegiados y si, pero solo los adultos... Que creen que por tener riquezas y cosas elegantes pueden tirar a sus hijos si no los desean, solo por que es más ''fácil'' para ellos.
El Distrito 2 es uno de los más ricos distritos de Panem y también somos privilegiados por ser el nuevo distrito militar. Pero eso no le da derecho a los idiotas aspirantes a capitalinos que abandonan a los niños diariamente.
-Esta bien, no puedo ganar todo -respondió haciéndome sonreír de lado un poco- Arréglate salimos en una hora para comprarte algo.
-Tengo vestidos decentes papá -respondí volteando a verlo con mi taza de café.
-No para una mascarada... -aseguro con una sonrisa de lado y rodé los ojos con cansancio.
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-Helena, que lindo vestido -alagó una mujer vestida de verde brillante con un montón de joyas y gemas a su alrededor.
-Gracias esmeralda -agradecí con una sonrisa mientras mi padre rodeaba el auto y tomaba mi brazo para entrar.
Sí, odiaba la política del capitolio, pero sus fiestas eran divertidas y si te permitías ver un poco más allá de los glotones pues... te pedías divertir.
Mi padre y yo subimos las escaleras hasta el gran salón saludando personas en el camino, honestamente no sabía quién era la mitad, pero al menos eran amables.
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Fenix ~ Los Juegos del Hambre
FanfictionLos encuentros furtivos entre mis padres en las sombras del Capitolio dieron lugar a una relación secreta y de su unión prohibida nació una hija, cuyo linaje la situaba en una posición única, atrapada entre dos mundos en conflicto. Capitolio y Distr...