⚔Capitulo 11: La arena III

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-Lamento lo de Helena.. -murmura Katniss- ella...

-Guárdate tus lamentos y saca su nombre de tu boca -se levanto Finnick molesto empuñando su tridente- Pescare algo y volveré por ella, son libre de unirse.

.                   .                   .

Mi mente vaga entre la conciencia y la inconsciencia, cada momento de claridad es una agonía pura. 

La oscuridad me envuelve, y el dolor de las quemaduras me hace difícil mantener la consciencia. Cada respiración es un esfuerzo y mi cuerpo arde con una intensidad insoportable. Apenas puedo moverme cuando escucho voces a lo lejos, susurros que parecen estar acercándose.

-¡Aquí! ¡Hay alguien aquí! -una voz agradecidamente familiar rompe el silencio, su tono urgente y alarmado- ¡ Beetee, rápido!

 Con esfuerzo, abro los ojos y veo a Johanna descendiendo por el barranco, sus movimientos alertas pero creo que me reconoce por que se vuelven desesperados y rápidos.

-Ay dios, eres tu -llore suspirando temblorosamente.

Johanna se agacha a mi lado, sus ojos llenos de preocupación y determinación me escanean y por su reacción debo estar echa un asco

-Tranquila, te tengo linda -murmura relajándome y cierro los ojos reprimiendo el llanto fuerte y desconsolado que se atora en mi pecho.

Wiress y Beetee llegan poco después,  este la sostiene mientras ella parece perdida y apenas mas consiente que yo, pero se quedan atrás y por la expresión seria de él mientras evalúa mi estado confirmo que me veo tan mal como me siento. 

-Las quemaduras químicas son graves -murmura Beetee, ajustando sus gafas mientras observa mis heridas.

-Irnos -dice Wiress, su voz suave pero ida- tic toc, agua.

-Hay un estanque cerca. El agua podría ayudar -completa Beete, Johanna me mira y le doy un movimiento de cabeza de acuerdo antes de que voltea a  Beetee. 

-Ayúdame a levantarla con cuidado. No tenemos mucho tiempo -advierte antes de ponerse detrás de mi y se que esto va a matarme.

Con una delicadeza que desconocía de la pelinegra, Beetee y ella me levantan del suelo, soportando el peso de mi cuerpo debilitado. Cada movimiento es un tormento, pero la presencia de mi amiga me da una chispa de esperanza. 

Al menos no morí.

Wiress lidera el camino con ligeros espasmos, moviéndose a través de la densa vegetación, mientras yo me muerdo la lengua para evitar maldecir y lloriquear por el roce de mis quemaduras con todo.

Después de lo que parece una eternidad, llegamos a un pequeño estanque de agua cristalina, iluminado tenuemente por la luz  del amanecer que se filtra entre las hojas de los árboles.

 Johanna y Beetee me llevan al borde del agua y, con cuidado, me sumergen hasta que el agua cubre mis quemaduras, las cuales empiezan a disolverse dulce y dolorosamente. Pero el alivio es instantáneo. 

El agua fresca acaricia mi piel, y siento cómo el dolor comienza a disiparse lentamente. Las quemaduras, que antes eran llagas enormes, se desaparecen bajo el toque del agua y suspiro de alivio, cerrando los ojos mientras dejo que el agua haga su trabajo.

-¿Cómo te sientes? -pregunta Johanna, su voz más suave de lo que estoy acostumbrada a oír de ella.

-Mejor, -susurro, mi voz apenas un hilo- Gracias, Johanna. Gracias a todos -agrego.

Fenix ~ Los Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora