• NO DEBISTE DEJARME • [DKi//Yoonmin]

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Habían llegado al restaurante favorito de Kitty, aunque, en realidad, era un café. Era un ambiente único. La decoración era orgánica y la música, muy tranquila; además, el menú era carísimo —¡estaba en dólares!—.

Jungkook se vio obligado a pedir una hamburguesa para no abusar de la “amabilidad” del lindo chico, quien ordenó un grilled cheese and spinach sandwich, al igual que su asistente. También pidieron tres tés negros y una ensalada familiar.

Luego de que llega la comida, Kitty inicia a hablar sobre su ruptura. El chico tatuado escucha atentamente esa historia y, de cierta forma, lo entiende. Haber tenido una relación tan larga que se perdió cuando menos lo esperaba era fatal. Lo entendía a la perfección, pues él mismo había sufrido aquello meses atrás. Por eso, decide no contradecirlo y seguir el juego sobre su “nuevo noviazgo”.

—Por cierto, Kookie, ¿a qué te dedicas?

El pelinegro no puede decírselo, ya que no quería ponerlo en peligro. Sin embargo, una llamada de su nuevo jefe llegó repentinamente.

—Señor Park —contesta en voz baja, aunque fue escuchado por su “novio”.

—¿Park? —Le quitó el celular.

—¡¡Oye!!

—¿Papi? —pregunta Kitty.

—¿Hijo? —contesta el señor Park.

—¿Papi? —dice Jungkook.

—¿Señor Park? —pregunta Mina.

—¿Mina? —dice el jefe desde la otra línea.

—¿Papi? —repite Jungkook.

—¿Jungkook? —pregunta Kitty.

Miau...

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Después de ese extraño encuentro, descubrieron que los tres pertenecían a la misma mafia —bueno, los cuatro, contando con la Minie—. Sin embargo, no les importó mucho. Entonces, prefirieron terminar de almorzar antes de ir a ver al señor Park.

—No te olvides de cepillarla antes de que duerma —ordena Kitty despidiéndose de su asistente y su mascota.

—¡A la orden, jefe!

Así, él y su “nuevo novio” entraron al local secreto de los Park. Este estaba oculto en los sótanos de un edificio de departamentos. Estaba equipado con tecnología de punta y armas importadas de China. Era la organización más poderosa en el sub-mundo.

—¡¡Papi!! —canturreó Kitty al encontrarse con su progenitor.

—Mi pequeño... —contestó el hombre antes de abrazarlo con cariño.

Jungkook queda sorprendido, pues nunca imaginó al señor Park como alguien cariñoso... aunque, con un hijo así, no le quedaba de otra. De cierta forma, Kitty da miedo. Es como si contradecirlo fuera mortal.

—Jefe —saluda con una reverencia.

—Él es mi nuevo novio, papi —dice Kitty con una sonrisa demasiado fingida, pero nadie lo notó.

—Sí, ya me lo contaste por teléfono.

El señor Park lucía completamente desinteresado en la vida amorosa de su hijo. Sin embargo, en el fondo, quería preguntar qué pasó con Agust, ya que estaba acostumbrado a verlo todo empalagoso con el niño de sus ojos.

—Y, ¿te gusta mi nuevo look?

Nuevamente, su padre se mostró desligado de lo que hiciera, aunque le causaba curiosidad. Sabía que Kitty amaba la moda, la ropa de diseñador, el maquillaje, los peinados más fashionistas y todo eso. No obstante, nunca esperó que dejara su cabello rosa por un color como el chocolate.

—Te queda bien —le dijo—, aunque extrañaré el rosado.

—Yo también, —Sonrió. —pero ya era momento de un cambio.

En eso, la puerta es abierta por un chico rubio, acelerando el corazón de Kitty de golpe. No esperaba que se reencontraran tan pronto, aún le dolía. Sin embargo, no permitiría mostrarse débil ante él. Kitty Gang nunca era débil.

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