👅EPÍLOGO♥️

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—¡Agust, deja eso! —gritó Kitty muy enojado— ¡Si no salimos ya, perderemos el avión!

—Aish... Te has vuelto muy aburrido, ¿sabías?

¡Miau!

—¡Minie! Creí que estabas de mi lado. —Hizo un tierno puchero.

Sus ojitos brillaban de manera hermosa, realzando sus redonditas mejillas. Sin duda, había recuperado toda esa vida que las desgracias le habían arrebatado. Además, había ganado más razones para ser feliz. Incluso había vuelto a teñir su cabello de rosado. Había renacido y eso le encantaba a Agust.

—Ya, cariño —dice yendo a abrazarlo—. No te enojes.

—Tú eres quien me enoja. —Intenta apartarse, aunque no lo logra porque el rubio lo tenía completamente inmovilizado. —¡Apúu...rate!

¡Miau!

La pequeña gatita estaba celosa por todo ese amor. Por eso, no perdió el tiempo y se acarició en las piernas de sus dueños para reclamar. ¡Eh! ¡Ella también quería un abrazo!

—Eres una gata muy aprovechada, ¿sabías? —se queja el pelirrosa con el ceño fruncido— Y tú, Agust, apúrate que en serio quiero ir a Miami de una vez. Jungkook y Taehyung se casarán mañana en la noche. Debemos estar ahí.

Tal vez cualquiera se preguntaría qué había pasado durante todo ese año luego de la muerte de Killer Prince. Bueno, no fue fácil. De hecho, los primeros meses estuvieron llenos de problemas por parte de Kitty, quien no avanzaba tan bien en sus terapias. Por otro lado, su ex estaba haciendo todo lo posible para mejorar. Afrontaba cada sesión con buen ánimo.

Así, pasaron alrededor de cuatro meses y todavía no se hablaban. Solo sabían lo que pasaba en la vida del otro por los chismes que Taehyung y Jungkook compartían. Ellos sí parecían una pareja destinada a amarse. Inclusive, la vida cada vez les sonreía aún más.

Para sorpresa de todos, el hijo del presidente decidió invertir en acciones en el extranjero y le fue muy bien. Sus movidas inteligentes y su buena visión para los negocios lo llevaron al éxito rápidamente. Al fin se había independizado por completo de su familia. Su madre dejó de reclamarle por sus decisiones y se volvió el orgullo del señor Kim, su padre.

Sin embargo, Jungkook se sentía muy pequeño al lado de semejante empresario. Él ni siquiera había terminado la secundaria, aunque tampoco quería volver a estudiar. Sus metas en la vida eran muy sencillas. Por eso, decidió conversar sobre sus preocupaciones con Taehyung, quien lo escuchó atentamente y lo reconfortó. Así, fortalecían más y más lo suyo.

Pero... Espera... ¿Qué pasaba con los otros tórtolos? Bueno, luego de cuatro meses y dos semanas, finalmente se hablaron.

—Hola —dijo Agust intentando no asustar a Kitty.

Él lucía tan delgado y triste. Parecía que las terapias no eran beneficiosas para su ser. Cada vez se veía más miserable. Sin embargo, una sincera sonrisa se formó en su rostro.

—Hola —susurró con su meliflua voz—. Ha pasado un tiempo.

—Sí... —Mordió su labio algo incómodo. —¿Cómo te ha ido?

—Es difícil enfrentar tanto, pero finalmente estoy reencontrándome —habló alzando un poco más su voz—. Hoy volveré al trabajo, aunque solo en los laboratorios. Ya sabes lo que ordenó mi padre.

—Sí. Ha estado muy preocupado, en especial, por las complicaciones en...

—No es necesario que lo menciones —lo interrumpió Kitty—. Al parecer, mi cuerpo no era tan resistente como creímos.

Inesperadamente, una tierna risita escapó de sus labios. Había cierta chispa en él que antes había estado oculta, mas al fin era libre.

—Eres más resistente, Jimin, mucho más de lo que creímos. —Sonrió el rubio.

—¿Quieres ir a almorzar? Pensaba ir a ese nuevo restaurante peruano en el centro.

—¿Me estás invitando? —Abrió sus ojos sorprendido.

—Mejor acepta de una vez antes de que me arrepienta —bromeó.

—¡Claro! ¡Sí! —exclamó muy emocionado— Deja que vaya por mi casaca y vamos.

—Oki. Apúrate.

Desde eso, lo suyo solo pudo avanzar para mejor. Cada vez charlaban y salían más. Eran sinceros con ellos mismos, lo cual permitió que el amor dormido en sus corazones volviera a despertar. Así, luego de un par de meses más, retomaron su relación. Y, tras cumplirse el aniversario de la muerte de Killer Prince, decidieron mudarse juntos nuevamente.

Compraron otro departamento para comenzar desde cero. Este era más grande, así que Mina dormía más lejos de ellos, lo cual era un alivio. Ahora podía dedicarse a ordenar la agenda de Kitty y de cuidar a la mascota de la pareja sin preocuparse por oír sonidos incómodos de noche. Para ella, todo iba de maravilla.

—El taxi ha llegado —anuncia la chica interrumpiendo el abrazo de sus jefes—. También ya reconfirmé la suite en el hotel Alcohol Free. —Sonrió. —Ah, y el señor Park llamó para avisar que su vuelo ya salió del aeropuerto.

—Ves, Agust, solo faltamos nosotros —se quejó el pelirrosa intentando escapar del agarre de su novio—. Por favor, Mina, pon a Minie en su jaula y ve bajando.

—En seguida, jefe.

Después de un par de minutos, solo faltaba que la pareja bajara. Sin embargo, el rubio se negaba. Primero tenía que hacer algo.

—Park Jimin, Kitty Gang, amor mío —dijo con su voz ronca, arrodillándose en frente del joven—, sé que recién hemos vuelto, pero...

—Dios... ¿Esto es real?

Los ojos de ambos brillaban de emoción. Sabían a la perfección lo que estaba pasando, al igual que sus respuestas. Ambos querían estar juntos por el resto de sus vidas.

—Tan real que ni yo puedo creerlo —susurró Agust, revelando una pequeña caja de terciopelo, la cual contenía un anillo dorado—. ¿Quieres casarte conmigo?

—¡Sí! ¡Sí! ¡Sí quiero! —gritó Kitty dando saltitos.

Entonces, Agust se levanta y le pone el anillo en el dedo. Se sentía tan dichoso que solo quería unir sus labios con los de su amado. Y, bueno, nada lo detenía. Por eso, sujetó su cintura para besarlo profundamente, saboreando cada rincón de su boca.

—Te amo.

—Yo más.

Finalmente, podrían tener su final feliz, el que tanto se les había negado. Ya nada se interpondría en su amor.

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• NO DEBISTE DEJARME • [DKi//Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora