🔥32🔪

758 92 4
                                    

🍭

—¡DÍMELO DE UNA PUTA VEZ! —gritó Killer Prince una vez más.

Ya estaba harto del silencio. Necesitaba oír sus gritos, su llanto, sus gemidos y, finalmente, la información que deseaba. Sin embargo, Kitty no abría su boca. Se mantenía fuerte a pesar de que su cerebro estaba siendo quemado.

Su hermanastro lo tenía amarrado a una cama de hospital y conectado a una máquina similar a las que usaban los psiquiatras en las películas de terror. Así, cada tres minutos, activaba las descargas eléctricas, las cuales sacudían su cuerpo como si convulsionara. Le dolía demasiado, pero no se mostraría derrotado.

—¡UNA HORA! ¡UNA PUTA HORA EN SILENCIO! —bramó el castaño— ¡¡¡HABLA DE UNA VEZ Y NO SEAS COBARDE!!!

—¡El único cobarde aquí eres tú! —contestó finalmente.

Su voz denotaba agotamiento, tanto mental como físico. Su respiración estaba muy agitada y su brazos temblaban sin control. No obstante, su mirada era tan imponente como siempre.

—Parece que... —Sonrió. —la única forma de llegar a ti es a través de otros. —Ríe dulcemente.

Entonces, prepara un tazón de metal y lo llena con un líquido transparente. Luego, de uno de los cajones, saca un cuchillo de carnicero.

—No te preocupes —dijo agarrando el brazo de Kitty con brusquedad—. No duele tanto.

Los ojos del más joven se ampliaron de golpe. ¿En serio pensaba cortarle una parte? ¿No era muy arriesgado?

—¿Por qué?

—Porque tal vez tu papi sí quiera darme lo que quiero o porque no quieres que le envíe tu cadáver pedazo a pedazo. —Hizo un macabro puchero que se transformó en una mueca. —No lo soportaría considerando lo mucho que te ama. Además, sería una perfecta oportunidad para contarle nuestras travesuras.

—Yo no sabía de nuestro parentesco en ese entonces —soltó furioso.

—Igual lo disfrutaste. —Acarició sus dedos, uno por uno, hasta llegar al meñique. —¿Sabes? Siempre me gustó este pequeñín —dice refiriéndose al dedito—. Se vería tan bien en otra parte...

Entonces, un sonido seco retumbó en el almacén junto con un bramido de dolor. Killer Prince lo había conseguido. Había vuelto a oír lo que tanto le encantaba: los gritos de Kitty.

—Ahora duerme, gatito —dice con cariño, inyectándole una especie de droga mientras la sábana blanca se tornaba rojo carmesí.

🍭

Luego de que Agust despertara, pasaron varios minutos hasta que los mismos hombres de antes trajeran a Kitty. Al inicio, se sintió aliviado; sin embargo, cuando pudo verlo bien, la preocupación lo invadió.

—¡¿¡Kitty!?! —Corrió para acunarlo entre sus brazos.

Seguía dormido —por suerte, respiraba, aunque muy lentamente—. Su cabello color chocolate estaba erizado; su piel, más pálida de lo usual y con un herida sin curar; y —lo peor de todo— tenía su mano derecha envuelta con un trozo de tela manchado de sangre. Agust, completamente asustado, intentó revisarlo, pero, al mover la tela, la sangre salía con más velocidad.

Sin embargo, no iba a quedarse de brazos cruzados. Por eso, rompió su polo para hacer un torniquete que cortara el flujo de la sangre. Luego, con cuidado de no moverlo mucho, lo recostó sobre el piso.

—Agust... —dijo Kitty abriendo levemente los ojos.

Su voz era tan débil e inestable. Seguía semi-dormido y su cuerpo estaba muy lastimado.

—Descansa. Luego podremos...

—No —lo interrumpió—. Si esperamos más, acabará con nosotros y... mi papi... —Las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos.

—Respira —aconsejó el rubio empezando a acariciar su mejilla.

—Gracias —respondió luego de mantenerse en silencio unos segundos—. Bueno... Quiero que traigas todo lo que juntamos, pero también un balde completamente vacío y algunos frasquitos también vacíos. —En eso, intenta impulsarse para ponerse de pie.

Dolía como mil demonios. Sus piernas no querían responder y temblaba sin parar; sin embargo, tenía que lograrlo. Debía salir de ahí lo más pronto posible. Debía detener a ese desgraciado y demostrar quién era.

—Estoy bien —le dice a Agust, quien no pretendía apartarse de su lado—. Solo haz lo que te pedí.

—Está bien. —Suspiró. —Como siempre, es tu plan el que nos salvará.

En otros tiempos, sus palabras pudieron estar cargadas de odio, pero ahora no. Lo único que sentía era orgullo y esperanza en que no morirían en la frialdad de ese almacén. Confiaba en Kitty.

🍭

• NO DEBISTE DEJARME • [DKi//Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora