• NO DEBISTE DEJARME • [DKi//Yoonmin]

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—Supongo que sí o sí debíamos tener esta conversación —dijo Jungkook en frente de la pantalla del ordenador.

Luego de una noche llena de estrés, bueno, la madrugada también, aceptó charlar con Taehyung. Sin embargo, no sabía cómo empezar ni qué decir. Temía perder los avances en su “amistad” y volver a lo mismo, o, incluso, a algo peor.

—¿Te incomoda todo lo que está pasando? —pregunta el castaño, quien estaba protegiéndose de la prensa en su departamento.

—La verdad, las cosas están un poco tensas por aquí. —Suspira. —El jefe teme que este escándalo arruine todo su trabajo y, con la desaparición de Kitty, le parece innecesaria la intervención de los medios.

—Kitty... —murmura Tae sin poder ocultar sus celos. No obstante, otro pensamiento le llega de repente— Oye, ¿saben dónde está Agust? He intentado llamarlo, pero nada.

—No tengo idea, de cualquier forma, no puedo investigar. Debo seguir escondido hasta que hallemos una solución. —Agacha la mirada, sintiéndose impotente por no ayudar. —Bueno, creo que lo mejor es hablar sobre... ya sabes... lo nuestro.

Un sonrojo apareció en ambos. De cierta forma, el hecho de ser relacionados los avergonzaba. O sea, solo eran amigos, pero, en el fondo, ambos seguían amándose como cuando eran pareja. Todo sería más fácil si no hubieran chismosos invadiendo sus vidas.

—No quiero seguir mintiendo —soltó Taehyung—. Jungkook, tú me gustas... mucho... Y... No sé. Solo me gustaría poder gritarlo y que todos lo sepan, pero sé que es peligroso.

Algo en el estómago del pelinegro se removió, como mariposas enjauladas que buscaban libertad. ¿En serio estaba oyendo esto? ¿Taehyung quería intentarlo con él?

—Yo...

—Sé que es muy inesperado viniendo de mi parte —parlotea para ignorar su reciente confesión—. Puede que esté siendo demasiado imprudente, irresponsable, desconsiderado...

—¡¡¡Taehyung!!! —Así, logra callarlo. —Tú también me gustas... mucho. —Se sonroja. —No he podido olvidarte. Eres la persona que más me entiende y mi corazón se acelera cada vez que estoy a tu lado. Quiero volver contigo.

Tae no podía creerlo. Estaba tan feliz, aunque seguía nervioso. Su corazón latía a mil y sabía que ahora podría ser él mismo. Sus sentimientos ya no estaban ocultos. Era libre.

—También quiero volver contigo —contesta con una sonrisa tímida.

Sin embargo, la situación no podía solucionarse así. Aún debían planear qué decirle a la prensa. Lamentablemente, no podían llevar una relación como si fueran cualquier pareja. Al fin y al cabo, Kim Taehyung era el hijo del presidente de Corea del Sur.

—No podemos decirle esto a los medios. Deberíamos inventar alguna historia —propone Jungkook.

—Tengo una idea. —Sonríe en grande. —No neguemos nada, no afirmemos nada. Solo seamos las víctimas.

Entonces, un foquito se prendió para ambos, cada quien en su propia habitación, a kilómetros de distancia, pero aún conectados. Ya tenían el discurso perfecto.

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—Lindo, lindo gatito —canturreó Seokjin, también conocido como Killer Prince, el líder de la mafia del este y hermanastro de Kitty Gang—. ¿Quién diría que luego de varios años sin vernos acabarías atado a una cama de hospital, completamente vulnerable?

Aunque no estaban en ningún hospital, ese almacén parecía uno. Era frío y olía a cloro; inclusive, había varios instrumentos médicos y medicinas posiblemente ilegales. También parecía una bien equipada sala de tortura.

—Haz lo que quieras —bufó Kitty sin perder sus aires de superioridad.

—Oh, no te preocupes. —Sonrió. —Eso pienso hacer. —Luego, chasqueó sus dedos para que sus hombres le inyectaran un suero a Kitty. —Ahora —continuó—, haremos esto muy sencillo. Tú me dirás cómo ingresar al sistema de la mafia de tu papi y, si no colaboras, haré que tu muerte sea aún más dolorosa.

—Me vale —se burla observándolo con desdén—. No te diré nada. —Amplía aún más su sonrisa, alzando su ceja izquierda en el proceso.

No le temía a la muerte. Ya había experimentado suficiente y aprendido que la vida era una nada. Con él, este tipo de amenazas no funcionarían. Lamentablemente, Killer Prince se dio cuenta.

—Mmm... Parece que contigo necesitaré otros métodos —murmura mientras se acerca a su hermanastro más y más—. ¿Y si le cuento a tu papi lo que pasó entre nosotros años atrás? —Sujeta su barbilla con fuerza. —Supongo que le encantará saber cuántas veces te entregaste a mí —se burla, acercando su rostro hasta quedar a cinco centímetros de los labios de Kitty—. ¿No crees que estará muy decepcionado?

—Maldito —masculla el joven intentando liberarse.

—No le gustará saber que su hijito precioso se acostaba con el mismísimo Kim Seokjin, hijo del líder Kim y de su ridícula esposa Jisoo.

—¡¡¡A ella no la menciones!!! ¡¡¡Tú la mandaste a matar!!!

—Ella nunca me quiso... ¡ESA PERRA SE LO MERECÍA!

—¡¡¡ELLA NO LO MERECÍA!!! ¡¡¡ESTÁS LOCO!!!

—¡Cállate! —Lo golpea con una bandeja de metal, liberando toda su ira. Así, causa que el rostro de Kitty comience a sangrar— ¡Dime de una vez cómo ingresar a ese sistema!

—Antes muerto —masculló con rabia, soportando con todas sus fuerzas el dolor de su herida.

—Entonces, esto durará mucho, gatito, mucho, mucho.

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