• NO DEBISTE DEJARME • [DKi//Yoonmin]

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El personaje de Namjoon será tipo una mezcla entre mi psiquiatra, mi psicóloga y el verdadero Kim Namjoon. Espero que les caiga bien.

✨ Licenciado Kim Namjoon ✨

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En la primera sesión con Namjoon, ambos amigos se dedicaron a responder algunas preguntas y cuestionarios —obviamente, cada quien en su turno—. Esto era importante para que el psicólogo tuviera un análisis claro de la situación. Además, así podría organizar las próximas sesiones para que beneficiaran a sus pacientes de una manera eficiente.

Por un lado, se dio cuenta de que Agust se mostraba renuente a expresar sus sentimientos y afrontarlos. Era como un niño que evitaba problemas por miedo a salir herido, aunque no le incomodaba dañar a otros. Por otro lado, a pesar de que Taehyung era mucho más abierto y decidido, también tenía esta clase de miedos. Le falta valor para tomar riesgos y salirse de lo indicado.

—En esta tercera sesión —le dijo a Agust—, seguiremos trabajando con tu niño interior.

El segundo día en el que se encontraron, el licenciado le explicó que los resultados se notarían siempre y cuando pusiera de su parte. Lo más importante era aplicar lo aprendido y seguir las recomendaciones; de nada serviría asistir pasivamente a las sesiones. Por eso, el rubio había estado meditando y cumpliendo con el diario que Namjoon le dejó como tarea.

—Recuéstate sobre el sillón con las palmas de las manos mirando hacia arriba y cierra los ojos —ordenó el licenciado, buscando sus lentes y prendiendo sus parlantes. Luego, puso una relajante melodía de la naturaleza.

Así también había sido la vez anterior. Agust debía recostarse, escuchar y obedecer. Al principio, le pareció ridículo e inútil. Sin embargo, cuando se sintió transportado a otra realidad y se vio a él mismo, supo que iba en serio. Jamás había experimentado algo como eso. Era como volver a conocerse y, tal vez, aprender a amarse.

—Llegas a una casa, la casa que es tu hogar, la más importante para ti —narró el licenciado a la mitad de la terapia.

Su voz era dulce como un chocolate caliente. Tan relajante, tan pura, como un calmante. Además, siempre sabía qué decir y cuándo. Se notaba que era un experto en hipnosis consciente, el tipo de terapia que decidió aplicar para el caso de Agust.

—Ahora, te encuentras con un niño... Él es muy importante para ti... Ese niño eres tú...

El joven de piel pálida, quien se mantenía inmóvil sobre el sofá, sintió un terrible miedo. Lo que veía en su “sueño” no lucía como él, sino como una especie de criaturita antropomorfa. No tenía ojos ni boca; tan solo una profunda oscuridad en esa zona. Era como si lo único humano fuese su cuerpo, mientras que su rostro era un pedazo del vacío mismo.

—Deja que te muestre el interior de la casa, Agust.

El interior de la casa... mmm... ¿cómo olvidarlo? La conocía desde la entrada hasta el clóset de la esquina. De hecho, no era una casa, sino un departamento, el que solía compartir con Kitty. Sin embargo, nunca lo había visto de esa forma: tan vacío y sin sentido. ¿Por qué?

Luego, caminó hacia la habitación principal junto con su niño. Y, cuando abrieron la puerta, todo se volvió de colores. Era alegría pura, como una pequeña fiesta. Ahí vio a Kitty, quien se estaba peinando con una bella sonrisa que adornaba su rostro. No obstante, esta se borró cuando sonaron unos gritos provenientes de la cocina. También era él: Agust.

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—Una algarrobina, por favor —le pide al bartender.

Es la primera vez que se detiene para tomar un trago dulce. Usualmente, prefiere las bebidas amargas, de las que queman la garganta y te adormecen para olvidar tus pesares. Sin embargo, después de la hipnosis y la explicación del licenciado Kim Namjoon, lo menos que quiere es amargura.

—Aquí tiene, joven —le dice el hombre mientras le entrega su trago.

—Gracias.

Esta noche de sábado no es como las otras, eso lo sabe muy bien el rubio. Por primera vez entiende que, cada vez que evitó arreglar sus problemas con Kitty, tan solo lo hería más. Gracias a Namjoon, reconoció que había estado acumulando más y más conflictos que en algún momento tendrían que explotar, así como pasó en Dionysus. Pudo entender que el odio que se tiene a sí mismo era y es el causantes de sus desgracias.

Si no se perdona, si no se ama, ¿cómo espera amar a Kitty? Si no puede merecerse a sí mismo, ¿cómo puede ser la persona que merece el amor de su vida? Debía arreglarse antes de arreglar su relación.

—Un gusto volver a verte —dijo una dulce voz en el fondo.

Lamentablemente, ese tono lo conocía muy bien. Al parecer, Kitty había llegado al mismo lugar que él. Sin embargo, ¿quién era ese hombre que lo acompañaba?

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