BASTARDO || Changlix

5. No es mi primo

Changbin

Tres semanas vigilándolo a través de las cámaras, tres jodidas semanas en las que no he podido dejar de pensar en él mientras dispara a ese tipo. Tres condenadas semanas en las que he tenido que follarme a más tipos que en todo el mes anterior porque solo el recordarlo hacía que se me pusiera dura. Empecé a vigilarlo, ya que no me fiaba de él, pero llegó un momento en que necesitaba saber qué hacía.

Sinceramente pensaba que iba a pedir algún tipo de facilidad por ser hijo de quién es, pero cuando el primer día en los vestuarios vi que se quitaba la ropa y entraba desnudo a la ducha no me quedó ninguna duda, Félix es diferente. Quien no me gusta es su amigo Minho, tienen demasiada complicidad, se siente demasiado seguro a su lado. Sino fuera porque le dio una paliza al tipo que intentó sobrepasarse con él el primer día, con toda probabilidad, ya estaría fuera. El tipo con la mano larga no tuvo tanta suerte, le asesté puñetazos hasta que murió, no se toca a las personas sin su permiso y mucho menos si es él hijo de Taeyong.

Sigo con las cámaras, él es ajeno a mi vigilancia, aunque a veces creo que sabe que lo miro, de vez en cuando observa la cámara del sótano como si quisiera decirme algo, hacerme entender que no se va a ir, y yo ansío que llegue ese momento para poder ver esos ojos ámbar que empiezan a no salir de mi cabeza. Jeongin está muy impresionado con él, no para de decirme la agilidad y puntería que ha demostrado. Y se ha ganado a sus compañeros rápidamente a pesar de ser la mitad que ellos en estatura y complexión.

—¿Otra vez mirando a Félix? —pregunta Jisung al entrar a mi despacho sin llamar otra vez.

—¿Cuántas veces te he dicho que llames?

—No las suficientes.

Le sonrío, es incorregible, hace lo que quiere conmigo, es él único que se lo permito.

—Entonces, ¿estabas mirando a Félix? —vuelve a insistir.

—Sí.

Su sonrisa se amplía.

—¿Te gusta? —Directo como siempre.

—Si me preguntas que si me lo follaría la respuesta es sí, me la pone dura como ninguno antes lo había hecho. Si preguntas por algo más allá de eso, lo siento, pero no, ni siquiera lo conozco.

—A veces no hace falta conocer a una persona para que tu alma reconozca que es tu otra mitad.

—Jisung, deja de leer esos libros tuyos, de verdad, la vida no es así.

Él se ríe de nuevo, su comentario no pasa desapercibido para mí. Es cierto que con Félix he tenido una conexión desde el primer momento, quizás sea porque él es hijo del único hombre al que alguna vez he llamado padre, aunque genéticamente no lo fuera.

—Entonces, ¿vamos a reunirnos con Doyoung? —pregunta mientras revisa las revistas de la mesita junto al sofá de mi oficina.

—Sí, quiere lanzar un nuevo negocio y ya sabes que nadie abre o cierra nada sin mi permiso.

—No me gusta, tu primo es un imbécil con mayúsculas.

—No es mi primo, es solo burocracia, y sí, es un gran imbécil, aun así, sigue siendo el hijo y único heredero de Jhonny en la Organización.

Se oye el teléfono sonar y le doy al botón de altavoz.

—Señor Seo, su coche lo espera en el parking en el lugar de siempre.

—Gracias, Ryujin.

Jisung suelta un largo suspiro, no le apetece nada esta comida, pero necesito que venga conmigo. Ha llegado a mis oídos que Doyoung lo ha perseguido y quiero que le quede claro que él es terreno prohibido.