22. ¿Dónde está?

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Changbin

Abro los ojos lentamente, mi cabeza está algo aturdida, noto que estoy desnudo, pero algo tapa mi cuerpo. Cierro los ojos de nuevo y pongo la mano en mi frente, trato de recordar. Los abro y veo a Jisung y Hyunjin sentados frente a mí, en silencio, miro la ventana y veo que es de noche. Es en ese momento cuando todas las imágenes y recuerdos acuden a mi mente. Sung me dice que Félix me necesitaba, yo corro hasta él, sus besos, sus caricias, nuestra primera vez sin barrera alguna... y un pinchazo, después de eso nada.

—¿Dónde está? —Me incorporo con cuidado.

Me miran en silencio.

—He preguntado que dónde está —siseo con la mandíbula apretada.

Jisung y Hyunjin se miran, quieren decirme algo y no saben cómo.

—Creemos que él está bien por ahora, lo estamos buscando —contesta Hyunjin al final.

Sus palabras hacen que la rabia crezca dentro de mí en cuestión de segundos. Me levanto y voy hacia él, Hyunjin se queda esperándome, quieto, me cierno sobre él, pero no retrocede.

—Qué mierda quieres decir con que crees que está bien por ahora. Dónde. Demonios. Está. Félix.

—Jhonny lo tiene.

Y con esas tres palabras lo pierdo. Le lanzo un puñetazo tras otro a Hyunjin y él no se defiende. Les grito a los de mi alrededor, no puedo pensar en nada más que en sacar la rabia que tengo dentro ahora mismo. Noto unos brazos rodearme para sacarme de encima de Hyunjin, logro escabullirme y continúo. Hacen falta tres hombres para apartarme de él.

—Si algo le pasa, estás muerto —lo amenazo mientras él se limpia la sangre de la cara con la camiseta.

—Me parece bien.

Necesito tomar varias respiraciones antes de volver a ponerme en pie. Jeongin entra con un teléfono en la mano y una computadora.
—Es Jhonny, quiere hablar contigo.

Le arrebato el teléfono y contesto. Hyunjin recoge la computadora y teclea, creo que intentan rastrear la llamada.

—Querido sobrino...

—Si lo tocas te juro que voy a hacer que ardas en el infierno.

Oigo su risa y quiero destrozar algo.

—Creo que no has entendido lo que realmente ocurre —continúa—. Mira la pantalla.

La llamada se convierte en videollamada y ahora es su cara la que ocupa la pantalla.

—Verás, sobrino, resulta que no estás en posición de exigir nada, más bien deberías de rogar por él. —Y gira la cámara para enfocar a Félix.

Cuando lo veo, siento que mi alma abandona mi cuerpo. Está colgado por sus muñecas del techo, su cabeza cuelga a un lado. Puedo ver sangre en la herida de bala, sus puntos deben haberse abierto, en su cara hay un golpe que comienza a ponerse morado junto a la mandíbula. De su labio sale un hilo de sangre.

—Voy a matarte, hijo de puta —siseo.

—No, lo que vas a hacer es convocar una reunión urgente del Consejo para dimitir y cederme el control de tu participación.

—No es tan fácil, necesito al menos una semana para reunirlos a todos y, aun así, no puedo asegurarte que acepten esto.

Miento, porque no necesito ni dos horas para tener a todos dónde yo quiera, vivos o dónde ellos quieran, muertos. Necesito ganar tiempo para recuperarlo.

—No te preocupes, sobrino, tengo solucionado ese problema, la mayoría aceptará.

Miro a Jeongin, sabíamos que había algunos traidores en nuestras filas, ahora nos confirma dónde encontrarlos.

BASTARDO || ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora