19. Sería tan ideal

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Félix

Hace diez años...

—Pero él, ¿es rico de los de verdad?, ¿de los que pueden estar una vida gastando y no acabarse su fortuna? —me pregunta Woosung por tercera vez.

—Sí, Choi Yubin es casi tan rico como mi primo Doyoung —le contesto mientras recuerdo los labios de Doyoung sobre los míos— y si besa tan bien como él te vas a morir cuando lo pruebes.

Woosung me lanza un cojín a la cabeza, yo le lanzo otro de mi cama y nos reímos por la inmensa suerte que tenemos de que unos hombres así se hayan fijado en nosotros.

—¿Te imaginas que acabemos casados con ellos? —pregunta entusiasmado—. Sería tan ideal...Ellos mejores amigos, nosotros, igual. Podríamos vivir en un apartamento uno al lado del otro.

—Creo que son más de áticos —me río al recordar como Doyoung me enseñaba las fotos del ático que le regaló la semana pasada su padre, mi tío Jhonny, al cumplir los veintiuno.

—Me muero si acabo viviendo en un ático en el centro de Seúl.

Miro a Woosung y sonrío feliz porque él se lo merece. Es mi mejor amigo desde la infancia, vive dos casas más abajo y aunque ambos hemos pasado momentos difíciles, ya que ambos somos hijos de madres solteras, siempre nos hemos tenido el uno al otro, pobres pero juntos.

—Siempre he creído que mi sitio estaba en lo alto de uno de sus edificios —dice entusiasmado.

Mi amigo es demasiado soñador, todavía no tenemos una relación con ninguno de ellos y ya está amueblando el ático. Doyoung sí que ha dejado caer que quiere que tengamos exclusividad, pero Yubin no ha dado ese paso todavía.

—Deberíamos tomarnos las cosas con calma, ¿no crees? —Intento aplacar la emoción, no quiero que se nos vea desesperados por ellos, aunque lo estemos.

—Félix, él vino a por ti en medio de la noche, subió trepando el árbol hasta tu habitación, se sentó en tu ventana y todo por un beso. ¡Está enamorado!

Sonrío como un idiota al recordar el momento. Fue tan dulce que no podré olvidar jamás sus palabras.

«Principe, no he podido dejar de pensar en ti desde la última vez que te vi, siento que me haces falta para respirar, lo siento, pero no creo que pueda ver un nuevo amanecer sin probar tus labios».

Y dicho eso, me besó de una manera tierna y dulce, como nunca antes lo habían hecho. No era mi primer beso, pero mientras los demás habían sido niños torpes, este era el beso perfecto.

—Me ha pedido que vaya a la fiesta de inauguración de su ático —le cuento y él grita de la emoción.

—¡Oh, Dios mío! Quieren que todos te conozcan. ¿Qué te vas a poner? ¿Y yo? No sé si tenemos algo apropiado para un evento así.

—Él no me ha dicho nada de ti... —susurro y espero que no se enfade.

—¿Qué quieres decir? —me pregunta muy serio.

—Me dijo que quería que yo estuviera, pero no me dijo que pudiera llevar a nadie.

Siempre que hemos quedado, Doyoung me ha dicho que llevara a Woosung, sin embargo, esta vez no, creo que es algo lógico si pienso en que quiere meterme en su mundo como su novio, ya que Yubin y Woosung aún no son nada oficial. Quizás tenerlo allí le haría sentir incómodo a su amigo, y después de todo es su fiesta, no la mía.

—¿Qué pasa, Félix? Ahora que un tipo con dinero se interesa por ti vas a dejarme atrás, ¿no?

—No, Woosung, para nada. —Lo intento calmar—. Es su fiesta, es su casa, no puedo invitarte si él no quiere. Le voy a preguntar si puedes ir, o quizás es porque Yubin quiere invitarte personalmente.

BASTARDO || ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora