3. Todo apunta a qué si

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Changbin

Le pido a Jeongin que se encargue de los federales. Hyunjin ya sabía que lo eran, solo esperaba a que todo se despejara para actuar, lo que no sé es cómo ese chico conocía este dato, ni cómo él y ese tal M se le pasaron por alto a Hyunjin. Les entrego la carta a mis chicos para que certifiquen que es de la señora Lee y averigüen todo lo que puedan sobre ese chico. Hasta donde sé, la mujer se trasladó a otro estado cuando su hijo, mi padre adoptivo, murió. Nadie supo más de ella hasta que nos enteramos de que había muerto.

Me meto en mi coche y dejo que el chófer me lleve hasta la oficina, necesito hacer algo de papeleo antes de ir esta noche al club con Jisung. Sonrío. Me apetece ver a mi mejor amigo y contarle sobre éste chico.  La tarde pasa entre llamadas de negocios y firmas de acuerdos. Ante el mundo necesito mantener mi perfil legal limpio, aunque la actitud de Jhonny hace que eso sea difícil, siempre anda metido en problemas y me empieza a cansar que su hijo sea igual.

—Ya ha llegado su coche, señor Seo —me avisa mi secretaria.

—En veinte minutos bajo.

Cierro todos los archivos del ordenador, lo apago y me dirijo a la ducha de mi despacho. Necesito cambiarme y quitarme este día de encima. Cambio mi traje oscuro por unos pantalones negros, una camisa y una americana. Mi arma queda bien oculta debajo de esta.

—Buen fin de semana, Ryujin —le digo a mi secretaria a través del telefono.

—Igualmente, señor Seo.

Es una buena mujer. Me dirijo a mi ascensor privado y marco directamente el parking. Puede parecer pretencioso tener un ascensor que lleve directo a mi despacho, pero es muy útil cuando necesitas que nadie te vea porque tu ropa lleva demasiada sangre. Instalar una ducha y un vestidor fue el complemento perfecto.Me subo al auto y nos dirigimos al SDM.

Hyunjin y Jeongin estuvieron días riéndose al saber el nombre que Jisung le había puesto al local: sexo, drogas y mafia (SDM). Sí, mi amigo no es demasiado sutil; él mismo dice que no necesitas serlo cuando eres Seo Changbin.

Entro por el callejón lateral directamente hasta las escaleras que dan a mi despacho. Allí Jisung me espera con una copa preparada, Hyunjin y Jeongin ya han llegado también.

—Veo que la fiesta ha empezado sin mí —digo mientras Jisung se levanta y me entrega mi habitual copa de ginebra.

—Jeongin y Hyunjin me contaban sobre él chico del cementerio. Alucino, ¿de verdad es él hijo de Taeyong?

—Eso parece.

—Vaya, vaya con el buen Taeyong —sonríe Jisung.

Él también lo conoció y lo quiso mucho, era un tipo fácil de querer.

—¿Sabemos algo más del chico? —pregunto mirando a Hyunjin.

—Se llama Félix, tiene veinticuatro años y según los informes sí que es él bastardo de Taeyong.

«Félix», repito en mi cabeza. La imagen de él mirando al cielo con los ojos cerrados mientras sonríe asalta mi cabeza. Aún no he procesado lo que me hizo sentir.

—¿Y la carta?

—Auténtica, es la letra de la difunta señora Lee.

—Hay algo que no entiendo —interrumpe Jisung—. Si esa señora era la madre de Taeyong, ¿por qué no se apellida Seo como él y como tú después de adoptarte?

—Lee Jisoo fue una de las fundadoras de nuestra organización, ella se casó con el padre de Taeyong obligada, el tipo por lo visto se encaprichó de ella. Pensaba que podría dominarla, aunque ella, por lo que me han contado, es de las que se defendían.

BASTARDO || ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora