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Marinette

 
Había pasado un día desde que desperté y ya me estaba aburriendo.

Seguía en la habitación, viendo la TV, no hay nada interesante para hacer aquí, y tampoco compartía cuarto para hablar con alguien.

Quise seguir revisando mi teléfono, tal vez pueda encontrar algo que me haga recordar a Adrien, o puede que haya olvidado otra cosas de mi vida, pero olvide pedirle a la enfermera que me lo enchufara ayer y ahora solo va por la mitad.

Sabía que Adrien me visitaría más tarde, a esta hora debería estar en clase, pero las horas se me hacían eternas.

Escuché la puerta abrirse y me emocioné al pensar que era una visita, pero mi sonrisa se borró al ver que era un hombre joven moreno en bata blanca.

— Hora del desayuno— el hombre entró empujando una carretilla y la dejó al lado de la cama— La enfermera que te atendía anteriormente no se siente bien, así que la reemplazaré— avisó mientras despegaba la mesita portátil.

Mi desayuno eran dos huevos fritos, tocino, pan tostado y zumo de naranja, también había un tazón de fruta picada.

— Ammm, disculpa— llamé su atención y apunte la intravenosa con mis ojos.

— Claro, ella ya me dijo que eres diestra.— se sentó a mi lado y primero agarró el tazón de fruta para darme de comer.

No fue tan difícil como con Adrien, aun recuerdo como le temblaba la mano ayer, hasta tuvo que sostener mi cara unas cuantas veces para poder meter una cucharada a mi boca.

El enfermero no tardó demasiado en darme de comer, y fui capaz de tomar el zumo por mi cuenta.

— Entiendo que debe ser difícil estar aquí encerrada— dijo el moreno plegando la mesita y dejándola junto con los platos— La única distracción que tienes la mayoría del tiempo son tu teléfono y la TV.

¡Al fin! Alguien que pensaba como yo.

— Si quieres, puedo llevarte a pasear al jardín.

— ¿Hay un jardín?— pregunté con sorpresa, era la primera vez en toda mi vida que estaba internada y nunca escuché que los hospitales tuvieran jardín— ¿Pero si lo tengo permitido?

— Por supuesto… Entonces ¿Quieres?— asentí con la cabeza entusiasmada— Genial, ya regreso.

Salió del cuarto y mientras esperaba, decidí revisar mi teléfono, lo encendí y vi que no tenía ninguna notificación, y solo esperaba un mensaje de parte de Adrien.

Hubiera sabido que el hospital sería tan aburrido, le hubiera pedido a mis padres que me trajeron mi libreta, tal vez tenga algo de inspiración en el jardín.

El enfermero llegó con una silla de ruedas, me cargó en sus brazos y luego me dejó cuidadosamente en la silla.

— Espere, no pregunte su nombre— dije y él me empujó fuera del cuarto.

— Me llamo Nino Lahiffe, puedes tutearme si quieres.

No tardamos mucho en llegar al jardín, y era completamente hermoso, en un momento sentí que podía diseñar cualquier cosa.

▪︎Por lástima▪︎ |Adrinette|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora