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Adrien

Era dos de enero, y al fin me estaba mudando a mi nuevo apartamento.

Marinette quiso ayudarme con la mudanza, después de terminar, decidimos que pasaríamos un tiempo solo nosotros dos aquí.

Me gustaba bastante como estaba decorado. Los muebles, los cuadros, el color blanco de la pared, me daba paz.

—Espero que te guste como quedó— Marinette dejó la última caja en el piso— Yo elegí los muebles y los cuadros, pero si no te gusta, puedo ayudarte a cambiarlo.

—¡Me encanta!— me giré hacia ella, la agarré de la cintura y le di vueltas en el aire— Eres la mejor, princesa— la bajé con cuidado.

—Te ayudare a desempacar, lo mejor será que terminemos hoy— dijo agachándose para abrir la última caja que ella había traído— Aprovechemos que es sábado.

Ella tenía razón, no quería dejar la mitad de las cajas por allí y hacerlo otro día, si terminaba hoy, me sentiría más tranquilo.

Decidimos empezar primero con mi ropa, ella me ayudó a organizarla, dijo que, si va a frecuentar mi apartamento, debe conocerlo. Igual no fue mucho, ya que solo me traje mis cosas, pero debo recordar donde dejo cada una.

Estuvimos caminando alrededor del piso para memorizar donde estaba cada cosa, y también me cercioraba de que no me faltaba nada.

—Creo que ya está todo— suspiró mi novia sentándose en el sofá más grande— ¿Te aseguraste de que no te faltara algo?

—En realidad, si falta algo...— me senté junto a ella.

—¿Tenemos que volver?

—Eso no hace falta.

Saqué el teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón y me metí a la cámara, rodee a Marinette de los hombros y la acerque a mí, asegurándome de que ambos saliéramos en la pantalla, y así capturé la fotografía con ambos sonriendo.

—Lo que me falta es un portarretrato con nuestra fotografía— giré mi rostro para verla, dedicándole una sonrisa.

Ella estiró su mano hacia mi teléfono, besó mis labios y yo enseguida cerré mis ojos para disfrutar mejor sus labios. Pude sentir el flash del teléfono, por lo que supe que mi novia tomo una fotografía de nosotros besándonos.

Unas fotos después, me recliné hasta que mi cabeza golpeara el apoyabrazos del sofá, fue allí que le quité el teléfono de la mano y lo dejé cuidadosamente en el suelo. Con una mano, jugué con el borde de su blusa y acaricié su piel con las yemas de mis dedos, y hundí la otra en su cabello evitando que se separara.

Sentí como una de sus manos acarició mi abdomen. No pude evitar suspirar, pero me alarmé al notar que su mano estaba bajando y jugó con la hebilla del cinturón, estaba a punto de desabrocharlo, así que rápidamente la aparté de allí.

—Lo siento, amor— Marinette apartó la mano y se incorporó, quedando sentada a horcajadas sobre mí— Me dejé llevar.

—No hay problema, princesa— también me incorporé, tomé su mentón y la acerqué a mi rostro para dejar un pequeño beso en sus labios.

Se quitó de encima y se sentó a mi lado, me evitaba la mirada, y supongo que era por la vergüenza.

—¿Cuándo comenzaras a trabajar? — preguntó aun sin verme.

—A partir de febrero— respondí mientras tomaba su mentón y gire su cabeza para que me mirara— Mis padres me mandaran dinero este mes, tengo que acostumbrarme a vivir solo y aprender a organizarme.

▪︎Por lástima▪︎ |Adrinette|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora