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Marinette

Había pasado una semana desde que me había mudado.

Hoy era mi primer día de clases de la preparatoria Françoise Dupont y para ser sincera, no sentía emoción ni nerviosismo.

Era siempre lo mismo, solo concentrarme en los estudios y nada de amigas o chicos.

Y hablando de amigos, el tiempo que estuve aquí, conviví mucho con Chloe, resultaba ser una chica muy positiva y enérgica, ya me había acostumbrado a tenerla cerca.

Me encontraba saliendo de mi casa, apunto de cruzar la carretera, pero un Lamborghini verde se estacionó en frente de mi, luego el vidrio de la ventana bajo dejando ver a… mi vecina.

— ¡Hola nueva mejor amiga!— me saludó con emoción— ¿Quieres que te llevemos?

— C-claro…

Subí a la parte trasera sin rechistar, salude a Adrien con una sonrisa y él hizo lo mismo, una de las razones por la cual me quise subir fue para verlo.

De camino a la escuela tuve que escuchar a Chloe hablar de la actitud de algunos maestros, sus amigas y como me llevaría con ellas, no estaba interesada en socializar, pero le dije a mi madre que lo intentaría.

Al llegar, Chloe abrió la puerta rápidamente y se bajó del auto, luego abrió la puerta trasera y me jalo del brazo llevándome al interior de la escuela, ni siquiera tuve tiempo de despedirme del rubio.

— ¡Te va a encantar!— comenzó a parlotear, seguía siendo jalada, pero no tenía idea de a dónde íbamos— Los profesores te tratarán bien, excepto Mendeleiev, esa mujer siempre está con un humor de perros. Tu madre me dijo que tu maestra será Bustier, también es la mía, te agradaran mis compañeros...— se detuvo para susurrarme al oído— Pero no te acerques a Lila Rossi, esa chica es lo peor, le encanta presumir cosas que no tiene, miente hasta cuando respira, es de lo pe-

— Chloe.— puse mi dedo índice en sus labios— Gracias por advertirme, pero no quiero llegar tarde a clase ¿Podrías guiarme al salón por favor?

— Claro, perdón por hablar tanto.

Sin soltar mi mano, me guió a nuestra aula que se encontraba en el segundo piso. Al entrar, una morena y una pelirroja, ambas con lentes, se acercaron a nosotras y saludaron a Chloe.

— Marinette, estas son Alya y Sabrina. Chicas, ella es Marinette mi nueva vecina.

— Es un placer Marinette, esta oxigenada nos ha hablado mucho de ti— dijo Alya dándole un pequeño golpe en el hombro a la rubia.

— ¿A quién llamas oxigenada?— inquirió con fastidio Chloe.

— A ti.— contestó la morena de vuelta— Con razón no podías salir con nosotras, estabas ocupada pasando tiempo con ella— me apuntó con la mirada.

— No te pongas celosa, tengo suficiente tiempo para ustedes.

La chicharra sonó, todos fueron a sus lugares incluyendo Chloe, que se sentó al lado de Sabrina, yo no sabía dónde hacerme.

— Hazte conmigo— giré mi rostro y me encontré con Alya, nos sabía en qué momento se había situado a mi lado.

Yo asentí y ella me tomó de la mano, me arrastró hasta la mesa que quedaba en el segundo escalón, después de unos minutos más, la maestra entró al salón y saludó a todos.

— Espero que hayan leído el capítulo tres, Francia, los primeros mil años, porque hoy les haré un examen.

Todos mis compañeros se quejaron mientras la maestra pasaba las hojas del examen, y sin darse cuenta, me dejó una a mi, luego se dio cuenta de su error.

▪︎Por lástima▪︎ |Adrinette|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora