Adrien
Desperté quince minutos antes del aterrizaje, y en cuanto el avión llegó a tierra, encendí mi teléfono.
Vi que eran casi las tres de la mañana aquí en Nueva York, y en París serían casi las nueve.
Solo llamé a mi padre y Luka para avisarles que ya había llegado, y fui a recoger mi equipaje.
Entre a la galería para ver de nuevo como era la chica que me recogería, mi padre me envió la foto cuando le repetí que estaba seguro de mi decisión de querer venir.
Era una chica de tez blanca, cabello pelirrojo y hasta los hombros, con flequillo, ojos verdes y pecas.
Mi vista viajo por todo el lugar, y veía a varias personas pelirrojas, pero no a Jessica.
Seguí caminando hasta la salida, hasta que vi justo a una mujer pelirroja, vestida completamente de blanco, sosteniendo un letrero con mi nombre, solo con mi nombre.
Me acerqué a ella y la saludé agitando mi mano, ella enseguida dobló el letrero y lo sostuvo con una mano.
—Hola Adrien, soy Jessica. Un placer— me dio su mano libre, yo la acepté.
—El placer en mío.
—Se me hizo algo raro que vinieras tú en lugar del señor Agreste— me quitó las maletas de las manos con un poco de dificultad, ya que aún sostenía el letrero, y caminó hacia la salida— Te ayudaré con esto.
—Puedo llevar mis maletas— le dije, caminando tras ella.
—Eres invitado, así que quiero hacerlo yo.
Su auto era un Ferrari rosa, muy bonito. Abrió la cajuela y metió mis maletas, junto al letrero doblado.
—Sube, te llevaré a hotel.
Me subí al asiento del copiloto, segundos después se subió ella.
—Debes estar cansado después de tantas horas de viaje, así que descansa todo lo que necesites— encendió el vehículo y emprendimos camino al hotel— Hablaré con mi madre para que te reúnas con ella en la tarde, así te da tiempo para desempacar y dormir.
—Gracias, Jessica.
—Puedes decirme Jessie, es más corto.
Bastante confianza cuando no intercambiamos muchas palabras.
—¿Y qué haces aquí, Adrien? ¿Por qué viniste tú en lugar de tu padre? — inquirió.
—Tuve algunos problemas personales, y mi padre me sugirió venir para despejarme.
Noté como me miró de reojo, luego regreso su vista al frente.
—Soy muy curiosa, y me dan ganas de preguntarte cuáles son esos asuntos personales, pero sé que no me lo querrás decir— se encogió de hombros.
¿Pero la noticia no llegó hasta aquí?
—¿No lees los artículos de chismes? — pregunté.
—No me gusta meterme en eso— hizo una mueca— Esos artículos normalmente distorsionan la realidad. Me enoja que la gente piense que solo porque eres famoso, no puedes tener privacidad, cuando la privacidad es un derecho, no un privilegio, y ellos ni siquiera la respetan.
Lo dijo con tanto enojo, que me hace pensar que pasó por un muy mal momento por culpa de esos artículos.
Nos detuvimos, y vi por la ventana el hotel donde me hospedaría. Me bajé del auto y fui al maletero.
—Te ayudaré con una— la pelirroja abrió el maletero y enseguida sacó una de mis maletas, luego entró al hotel.
La seguí hasta la recepción con mi otra maleta, di mi nombre, entregué mi documento y me dieron la llave, me dijeron que mi habitación era la del último piso.
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▪︎Por lástima▪︎ |Adrinette|
Romance¿Qué harías si la mejor amiga de tu hermana se te declara? ¿La rechazarías o aceptarías sus sentimientos? En el caso de Adrien Agreste, decidió escoger la segunda opción, y las cosas no salieron nada bien. Pero con el tiempo, se arrepentirá de haber...