Me quedé mirando su expresión inusual. Ella abotonó mi camisa de pie solo en sus bragas. Me gustaba verla así. Ella era la mujer que atrapó a mi padre pensando que disfrutaría, gastando el dinero que tanto me costó ganar. Merecía saber qué es el trabajo duro. Pero lo que siempre encontraba, era esas mejillas rojas, y de hecho hoy estaba muy diferente.
Sus ojos no parpadeaban y sus manos no temblaban. Se volvió para sostener la chaqueta de mi traje mientras yo no pude evitar girarme para mirarla directamente a los ojos entre tanto le quitaba la chaqueta de las manos.
Di un paso hacia ella y sostuve su barbilla. Seguro que estaba pensando en algo. Mi instinto me dijo que estaba tramando algo. ¿Y si se quería suicidar? Pero, ¿por qué debería importarme? Además de sus curvas y su cuerpo perfecto, para empezar, no tiene personalidad. En algún lugar sabía que ni siquiera la extrañaría una vez que se fuera.
Miré su cuerpo una vez más y supe que estaba listo para planear su despedida. Sé que tengo que hacerlo, pero desde el día de mi reunión con Morris, aún no he planeado cómo ejecutar su despedida. La abracé para sentir la dulce vibración que siempre emana y bajé para besar su boca. Si ella supiera que no estaría aquí en dos semanas.
Me aparté para mirarla a los ojos que no desvió hoy, y eso me gustó. Seguí mirándola a los ojos y me pregunté qué estaba planeando detrás de sus hermosos redondos.
Puedes probarlo, amor.
Toqué sus mejillas y me fui. Ambos sabíamos que ella no podía ganar y esa fue la razón por la que mi sonrisa estuvo intacta toda la mañana hasta que encontré a Peter entrando y diciendo:
—Tu tío está aquí para verte...
—Déjalo entrar —resoplé y me incliné en mi silla. Solo unos segundos después llegó mi tío. Tenía una sonrisa de bienvenida en su rostro que me decía que estaba aquí por un favor.
—Pensé en pasar —dijo entrando y tomando un asiento.
—Bueno, ¿de qué se trata? —Le pregunté haciéndolo reír.
—Se trata de Olivia Campbell. Escuché que vendrá a tu Gala —Dijo haciendo una chispa de fuego en mí. Él sabía cuánto la odiaba. Olivia, su prima Sofía, y todas estas mujeres trabajando para empoderar a las mujeres, cuando no existía tal cosa. Las mujeres están destinadas a ser gobernadas.
He manejado muchas para saber esto. Literalmente querían que las mantuvieran.
—¿Y qué te interesa? —Encendí un cigarrillo. Estaba seguro de que mi tío también odia a esas mujeres que no sirven para nada, y que solo gastan en donaciones para mantenerse en las noticias.
—Estoy planeando casarme con ella —Eso hizo que mis cejas se dispararan.
Pensando en la viuda más rica del mundo besando a mi tío con un vestido de novia, no pude contener la risa. Para mi sorpresa, parecía tranquilo.
—¿Por qué?, ¿Olivia? ¿Olivia Campbell? ¿La viuda más rica del mundo? —Dije y se rio entre dientes.
—Creo que no te alcanzó —Dijo haciendo que mis ojos se estrecharan—. Ahora no es la viuda más rica del mundo. Ella está clasificada como la tercera ahora. Ella donó 24 mil millones de dólares para... educar a las niñas.
—¡Mierda! ¿Por qué, hizo eso? —No sé por qué me sorprendió. Sé que no era mi dinero, pero ¡qué desperdicio!
—Ayer era el cumpleaños de su hija. Ella... cumplió veinticuatro.
—¡Mierda! Te diré algo, su hija está chupando la polla de alguien en este momento... sin saber el hecho de que su madre está inundando el mundo entero con su dinero.
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Un Rostro Cruel
Romance-¿Quieres decir algo?-Su voz profunda me lo estaba poniendo más difícil. -Sí-me las arreglé, pero solo lo encontré continuando con su comida-. Estoy...estoy embarazada-Esto finalmente llamó su atención. Me he imaginado miles de reacciones que podría...