Capítulo 29

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Nota: El anterior capítulo tenía algún problema de edición, pero ahora está totalmente editado. xoxo

Matteo.

—¿Por qué no lo dices viniendo aquí? ¿Qué es, exactamente lo que estás pidiendo? —La ira surgió en mi cuerpo. Yo había inspeccionado su teléfono y supe que ella no se ha quejado acerca de lo que pasa aquí con nadie. Y, el hecho de que el conductor era un conocido para ella, me estaba haciendo hervir la sangre. Estaba seguro de que toda mi casa sabía que ella era simplemente una empleada de limpieza antes de que ella se casara conmigo.

—Yo no puedo hacer esto más... no, lo que quiero decir, es que no voy a hacer esto nunca más —Ella tenía este talento de llevar mis nervios a la orilla. Pero ella era mi tema, mi propiedad... mi maldita esposa ... ¿y tenía la audacia de hacer esto? Sin embargo, ¿Valía la pena hacer esto? ¿Esforzarme por retenerla? Ella desaparecería y solamente un estúpido perdería el tiempo.

—Pero... estos días... —Me puse fuera de mi silla antes de caminar a ella—. Yo quiero a mantenerte cerca —Me acerqué mientras que ella retrocedió tres pasos y me pregunto si ella podría predecir su destino en mis ojos.   

—Matteo... Señor... yo... —Ella trató de decir algo, pero yo fue rápido para obtener mi índice en su boca, entre tanto que el resto de mis dedos cubrió su mandíbula haciendo que ella posara su muñeca en mi mano, mientras que su otra mano llegó a descansar en mi hombro.

—¿Quieres decir algo? —Le pregunté sobre su boca y sostuve su cintura con mi otra mano. Me encantó ver el miedo en su ancho, y bellos ojos—. Eres hermosa ¿Sabes lo mucho que echo de menos que la última noche? —Mi nariz estaba casi tocando la de ella. Julie entrecerró sus ojos mientras su respiración sigue aspirando muy fuerte. Le puse mi boca en su oreja antes de susurrar—. Eres tan… hermosa…

—Matteo... por favor —Ella suplicó intentando convencerme, pero de inmediato volví a interrumpir.

—Has destruido todo mi día y ¿esto es lo que va a hacer para remediarlo? ¿Negarte a mí, de nuevo? —Bajé mi mano izquierda para agarrar su trasero e hice que su respiración se atascara. Ella soltó mi hombro para sostener mi mano en su espalda, pero esto solo hizo que la acercara más a mí, entonces un jadeo salió de su boca en cuanto su pecho golpeó mi cuerpo.

—Déjame —Su boca húmeda era una invitación, pero solo cerré los ojos sintiendo su cálido aliento en mi rostro antes de bajar para chupar su boca. La aparté con mi mano todavía sujetando su mandíbula.

—Deja de apartar mi mano ahora mismo, y desnúdate por mí —Sonreí mientras ella abría los ojos como platos antes de que comenzara a pellizcar mis manos.

—No... —Exhaló.

—¿Por qué?, Lo he visto todo... lo siento todo. Esto es mío —Dije sobre su boca. Sus luchas se intensificaron haciéndome sacudirla dos veces antes de hervir—. ¡¿Qué demonios te pasa?! ¡¿Por qué diablos no te desnudas para mí?! ¡¿No te trajeron para hacer esto?!

—No soy tu... puta —Su hipo fue fuerte cuando se exaltó, y… ¡hombre, qué energía!

—Pues sí, tú... eres mi puta, sólo estás celosa, ¿verdad?, ¡oh sí! ¡es verdad!, también eres mi esposa, ¡oh! Es por eso que estás así, ¿no?... pero —Levanté la cara un poco a la izquierda para decirle en la oreja—. Te poseo como a todas ellas y chica, deberías hacer las cosas bien, antes…

Un golpe en mi puerta interrumpió nuestra charla y me enojé más porque advertí claramente para que no me interrumpieran cuando tuviera una charla con mi querida esposa, aquí presente.

Un Rostro CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora