Saga Del Fénix: Hermanos de Sangre

Capítulo 30: Nero y Nana vs Tobi.

Saga: "Olimpia"

— Si te atreves a tocarla, mueres — dijo Nero poniéndose frente a frente contra Tobi preparando su espada.

— Nero... ¿Qué estás haciendo aquí? Se supone que cada uno tomo caminos separados — pregunto Nana

—estaba corriendo por el camino hasta que sentí que algo no iba bien.

Flashback.

Nero se había detenido en mitad del pasillo para descansar, había corrido mucho — vamos vamos, no hay tiempo para descansar — decía Omega.

— Por favor Omega, mi cuerpo necesita unos minutos para descansar — decía exhausto.

Omega suspira — bien, pero no tardes mucho

Nero se tumba en el suelo con la espalda contra la pared — ¿Crees que los demás estén bien?

— Por supuesto Nero, todos son fuertes guerreros, ten por seguro que no perderán

— ¿Crees que nuestros hermanos ya llegaran a donde tenían que llegar?

— No lo sé Nero, lo más seguro es que sí.

De pronto se escuchan unas explosiones — ¿Qué es eso?

—No lo sé — dijo Omega escuchando.

Entonces de la pared emerge un rayo blanco que Nero esquiva por poco — ¡¿Pero qué diablos?!

— Reconozco esa magia, es la de Nana — dijo Omega.

—¿Nana? — Nero se acerca al agujero que provoco el rayo y pego el oído para tratar de escuchar. De pronto el abre los ojos bruscamente — ¡Nana!

— ¿Qué pasa?

— Nana está en problemas

Fin flashback.

— Tu ataque atravesó muchas paredes hasta llegar a donde yo estaba, logre escuchar lo que pasaba y decidimos venir — dijo con Omega en su hombro.

Omega vuela hacia Nana y la examina — has agotado todas tus fuerzas pero no te preocupes — dijo cerrando los ojos y emanando un brillo plateado — listo, tus fuerzas están recobradas.

Nana se paró y vio que ya podía moverse y usar magia otra vez.

—¡AHHH! ¡Mi pared! ¡Arruinaste la armonía de mi cuarto! ¡Malditos vándalos! — gritaba Tobi.

Nero y Omega lo veían extrañados —Ahh, ¿eso es normal? — pregunto la fénix.

—Ya se acostumbraran, pero no lo subestimen.

— Bankai — dijo Nero haciendo que Omega se transformara en su armadura y luego desenvainando su catana — Nana, ¿Quieres bailar?

—Sera un honor mi príncipe jeje

Los dos miraron a Tobi el cual solo miraba su pared con ira — ¡la destrozaron! ¡Vándalos!

—Si si, yo que tú me preocuparía más por mi trasero que por mi pared.

—¿Mi trasero? — pregunto extrañado.