Capítulo 36: El veredicto de Cadence

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En una de las zeldas del calabozo del imperio de cristal se escucha un balbuceo.

—Aahh, mi cabeza...— la dueña de la voz se detiene y observa su entorno. — ¿Dónde estoy? – se preguntó al ver donde se encontraba.

La mujer intenta moverse pero apenas da un par de pasos y cae de golpe, esto la hizo voltear y ver que sus pies estaban sujetos a unos grilletes culyas cadenas estaban sujetas en el suelo.

— ¿Qué cara...? — Se dijo así misma al ver las cadenas, pero lo que más captó su atención fue que las plumas de sus alas ya no estaban, cosa que le imposibilitaba el vuelo por el momento.

Cadance rasca su cabeza un tanto confundida, pero luego un recuerdo fugas de Shining sujetándola con una cuerda pasa por su cabeza antes de que todo se volviera negra oscuridad.

— ya veo, Shining logro tenderme una trampa para capturarme —al pensar en eso Cadance bufa. — qué idiota...– se dijo así misma dispuesta encender sus manos y cargar un hechizo pero en ese momento se dio cuenta de algo... — ¿mis dedos...? ¡MIS DEDOS! — Gritó comenzando a alterarse.

En eso se escuchan unos golpes en los barrotes de la Zelda seguido por una voz.

—¿confundida?.— se escucha.

Cadance volteo y vio a 2 guardias, un macho y una hembra, las armaduras de la pareja dejaba más que claro que eran de la guardia de cristal.

— ¿Sabe "magestad"? Cuando se fue, muchos de los esclavos nos metimos en la guardia real y todos teníamos un propósito en común, evitar que más engendros como usted envenenen la mente de nuestra querida población con sus ideas retorcidas.— dijo el macho.

Cadence miro a la hembra.

— ¡Hey tu! ¡Libera a tu princesa!

La mujer se paró frente a frente con Cadance todo con tal de mirarla a los ojos.

—dígame "princesa" ¿Recuerda a un joven terrestre de piel amarilla, cabellera negra, ojos azules, de unos 14 años y cutiemark en forma de pancarta. — preguntó la mujer viendo a Cadance a los ojos, estos no reflejaban ninguna emoción fija, ni lastima, ningún rastro de rabia, seriedad que sincronizaba perfectamente con su tono de voz.

Cadance levanta una ceja extrañada sin entender a que se refería.

— no me suena. — responde cadance con indiferencia.

El comentario de la ex-princesa de Cristal fue suficiente para hacer a la mujer golpeara los barrotes con fuerza.

— ¡James Fullcristal se llamaba, todos le decían Jim! — grito en una explosión de rabia. _ estuvo en la última manifestación que hubo por la igualdad de género!.— aquella mujer sostenía los barrotes mientras sus manos temblaban, dejando ver un tic nervioso o de rabia controlándose por no explotar.

En un flash Cadence recordó a aquel muchacho.

— ah..sí, ya recuerdo ese tonto muchacho, siempre negando ceder. — Cadance comienza a reir, luego se limpia una lagrima.— ese Niño era un ingenuo que creía que con solo escribir pancartas y gritar sus disgustos a alguien ajeno a su grupo le importaría.

En ese momento el hombre golpea la celda con mas fuerza que su compañera, está fue tal que llegó a doblar ligeramente 2 barrotes.

— ¡¿Cómo te atreves a hablar así de nuestro hijo?! — grito indignado el macho.

— ¿Qué?. — preguntó Cadance sorprendida.

—Tu... mi esposo y yo nunca apoyamos tu forma de gobernar, pero no podíamos decir nada... algo mantenía unido a esta civilización de mierda después de todo, el miedo... sin embargo... nuestro hijo siempre velaba por la justicia del prójimo ya fuera contra un gobierno corrupto, una empresa que explota a sus empleados, el siempre asistió a las manifestaciones con sus propias frases y argumentos, el... — la mujer empieza a entrar en llanto.

Saga Del Fénix: Hermanos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora