☄CAPÍTULO 3☄

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Cuando ya pasamos el pasillo me sentí un poco aliviada

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Cuando ya pasamos el pasillo me sentí un poco aliviada.

—El salón es en la tercera puerta de este pasillo —dijo el chico ojiazul.

Yo sólo trate de asentir ya que si hablaba me tiraría al piso ya que estaba demasiado cansada.

Hasta que vimos la tercera puerta del pasillo y no pudimos frenar a tiempo por lo que nos pasamos, pero luego nos regresamos y el chico ojiazul tocó unos cuantos golpes a la puerta para que después de unos cuantos segundos alguien nos abriera la puerta y al parecer era un profesor para nada feliz.

—No llegamos tarde faltan 10 segundos para que empiece su clase —dijo chico ojiazul mostrándole el reloj que tenía puesto en su muñeca de la mano izquierda y tratando de recuperar el aliento.

Yo sólo me quedé observando a ver que hacía el profesor y tratando de recuperar el aliento también, pero el chico ojiazul tenía un punto por lo que nos tenía que dejar pasar, pero esa ya no era nuestra decisión si no que era la del profesor.

—No me vengan con esas excusas —nos dijo para luego cerrar la puerta en nuestras caras.

Por lo que me enoje y toque la puerta de nuevo.

—No era ninguna excusa era la verdad y si fuera una excusa yo simplemente detendría al chico ojiazul y prácticamente si llegamos a tiempo sólo faltaban 10 segundo bueno tal vez falten como 7 segundos, pero aun así no es justo porque corrimos por casi toda la escuela sólo para tratar de llegar a tiempo a su clase y sólo para que nos cierren la puerta en la cara ¿en serio? eso no es justo, si llegamos a tiempo así que nos tiene que dejar pasar —dije en mi mente...o eso creía.

—Que le pasa jovencita a mí no me esté reclamando, llegaron tarde y punto, así que ya váyanse los dos o los mandaré a detención, no puedo creer como son los jóvenes de hoy, tan contestones y sin respeto alguno hacía sus mayores —dijo el profesor molesto y yo más pálida que un fantasma ya que pensé que lo había dicho en la mente ¡NO EN VOZ ALTA!

Entonces el profesor nos volvió a cerrar la puerta en la cara.

—¿Por qué lo dije en voz alta? —me dije a mi misma golpeándome en la frente levemente contra la pared que había más cerca una y otra vez.

—¿Chico ojiazul? —dijo el chico sonriendo de lado por lo que dije y hacía.

—Lo siento es que no se tu nombre —dije apenada.

El chico ojiazul sólo se rió para luego soltar mi mano e irse por un pasillo.

A me había olvidado de eso —dije en mi mente acordándome que tenía su mano.

Vaya que rápido recuperó el aliento no se ni como yo puedo estar parada todavía, pero de algo sirve jugar básquetbol.

—¡Oye espérame! —le grite al chico ojiazul para que parará ya que si me quedaba aquí me volvería a perder y faltaría a todas las clases.

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