✨Sinopsis✨
Ella es Artemisa Brooks tiene 16 años y a tenido una duda desde hace 7 años, y se preguntan ¿cuál es?, bueno la duda es saber quien es ahora ese niño que conoció de niña, ese niño tierno de ojos azules como la hermosa agua cristalina que...
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Ell sólo me miraba a mi sin entender al igual que Elián.
—Hola Elián —dijo Ell sin saber que decir.
—¿Hola? —dijo Elián mirándonos sin entender.
—Elián ve por ese chico, es muy apuesto —dije tomando sus hombros mientras lo miraba directamente a los ojos.
Elián sólo se puso más pálido que un fantasma.
—¿Cómo...? —preguntó Elián sin entender como supimos que le gustaban los hombres.
Bueno, entonces se confirmó, a Elián le gustan los hombres, Ell tenía razón, sorprendente, ¿no?
—Tranquilo no estoy en contra, ahora ve por ese chico apuesto —dije tranquilizándolo.
—¿En serio? —preguntó Elián sorprendido que aceptará sus gustos.
—Claro que si tonto, solo son gustos como yo tengo los míos y como todos los tenemos, no por tener esos gustos diferentes te hace alguna persona rara o extraña —dije sonriendo.
A Elián sólo se le pusieron los ojos llorosos.
Yo sólo me preocupé.
—¿Dije algo malo? —me pregunté mentalmente.
Yo sólo volteé hacia Ell sin entender.
Ella sólo se encogió de hombros.
Elián sólo me abrazó para luego empezar a llorar.
Yo sólo no sabía que hacer así que sólo acepte su abrazo.
—¿Dije algo malo? —articule hacía Ell.
Ell sólo negó con la cabeza mientras sonreía.
—Gracias por aceptarlo —dijo Elián separándose de mi mientras sonreía y se limpiaba algunas lágrimas.
—¿De nada? —le dije sin saber que decir.
Elián sólo se rió.
—Perdón por abrazarte es sólo que se me hizo extraño que me aceptarán, he vivido con el rechazo por mis gustos hacía mi mismo sexo así que sólo me dio sentimiento —dijo Elián sonriendo.
—¿Quién para matarlo? —dije para luego empezar a dirigirme a quien sabe donde.
Ell sólo me tomo de hombro para que me detuviera y me devolvió hacía donde estaba.
Elián sólo se rió de nuevo.
—Límpiate esas lágrimas y ponte guapo que se te va el chico apuesto —dije peinándolo aunque creo que estaba haciendo lo contrario.
Elián sólo se rió al igual que Ell.
—¿Se supone que soy yo? —se escuchó como alguien preguntaba, pero el problema es que no había nadie aparte de nosotros en ese estante de libros.
