Los peones le sirven al rey y la reina, la pregunta en esta historia es: ¿Quiénes son los portadores de esos títulos?
*******
Un pueblo escondido, repleto de mentiras y secretos.
Una familia que era obviamente el peligro presente.
Una chica ingenu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Fallon
Camino por los jardines, con la compañía de Pheyton a mi lado. Estoy perdida en varios de los pensamientos que me abordan al estar aquí. «¿En qué me estoy convirtiendo?». Mi mente no es la misma de cuando llegué, todo es diferente y esto realmente es más aterrador de lo que alguna vez creí. Mi amiga insiste en que lo mejor sería irme con mi madre, aunque rompería una parte del trato y eso no va a mi favor. Estoy buscando lo mejor por y para mí.
¿Es eso? De alguna forma, moralmente mal, estar cerca de los hermanos es agradable; al menos lo es con Heath y los gemelos, eso intento repetirme. La cercanía con Roman ha sido cada vez más, su sola voz hace que mi piel se erice. Y no de buena forma, todos ellos me provocan miedo y eso es difícil que puedan cambiarlo. Ellos ven una máscara donde yo no les tengo terror, aunque la verdad es que soy un cordero con disfraz de lobo.
Esto es cada vez más complicado, todo es fácil y eso ya es de temer. Estoy caminando con los ojos cerrados, en una cuerda floja y, lo más probable, es que no tengo paracaídas para lo que sea que venga.
Me recuesto en las sillas cercas del jardín. Pheyton me ayuda, aún no estoy recuperada de una forma completa. Los medicamentos han servido, pero me mantienen sin mucha fuerza. Es como si todo el tiempo estuviera adormilada, sin energía y tengo sueño todo el tiempo. No he visto al doctor, tampoco he visto al policía y de Lyon no se ha vuelto a hablar.
La situación es demasiado tensa. No quiero imaginar como se siente mi amiga. Está metida en un problema que ni de cerca es de ella, yo la metí en un juego donde ella cuelga del hilo.
—Estás demasiado estresada. —Pheyton se posa a mi lado, en lo que toma su vaso de agua—. Va a sonar raro, pero no sé qué es lo que te tiene de esa forma.
—¿No es obvio?
—Lo de los hermanos y tu asesino, sí. Lo demás no lo sé, hay algo más que te tiene así. —Algo que noté de ella, es que tiene conexiones rápidas con todos—. No te obligaré a contarme, pero debes estar con cien neuronas trabajando por segundo.
—Creo que no podré, esto se sale de mis manos.
—¿A qué te refieres?
—Estoy tomando una personalidad que no creo que sea buena —muerdo mi labio inferior—. Ni personalidad se está haciendo destructiva por mi entorno y... no es justificación, pero no me agrada ser así.
—Nadie es bueno por completo. —Acomoda su cabello a un costado, se encoge de hombros y sigue: —El donar ropa, el ayudar a alguien, el ser amable; no significa que seamos buenos, mucho menos inocentes. Es solo lo que otros hacen para recompensar algo que han hecho mal y, créeme que todos hemos hecho cosas horribles.
—¿Qué hiciste tú?
—Quitarle la vida a mi madre —responde con crudeza—. Tal vez si yo no nacía, ella estaría feliz, abrazando a mi padre antes de dormir.