Los peones le sirven al rey y la reina, la pregunta en esta historia es: ¿Quiénes son los portadores de esos títulos?
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Un pueblo escondido, repleto de mentiras y secretos.
Una familia que era obviamente el peligro presente.
Una chica ingenu...
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Fallon
Lo dejo en una esquina del sótano, Haly tiembla en su puesto y no sé dónde dejarla sin que llame la atención de otros. Estoy corriendo el riesgo de quedarme sin vida, estoy confiando como si nada y no es favorable. «Nada es tan fácil» esa frase se repite en mi cabeza, lo sé, lo entiendo, pero debo tomar la oportunidad. Es ahora o nunca.
—Escóndete en algún cuarto o sal de la mansión. Que no te vean, para ellos, desde ahora, estás muerta —susurro—. Gracias, Haly.
—¿Qué pasará con Carla? —me observa con esperanza.
—No te prometí mantenerla con vida.
«Además tengo otros planes con ella» estoy pensando en sangre y más sangre, esto ni siquiera es por lo que me hizo a mí, es por lo que sé que le hizo a Heath. Por como trató a todos. La muerte no es suficiente para ella, quiero verla sufrir y suplicar, es lo que deseo y es lo que obtendré. Se metió en mi juego y estoy ansiosa por arrancarle la cabeza.
—¿Podrías... pensarlo?
—La verdad, no quiero engañarte, Haly —me apresuro a subir las escaleras del lugar—. Merece morir o algo peor, lo sabes y yo creo que comprendes.
—Gracias por... liberarme.
Asiento y salgo.
«Debo llegar a la puerta de la cocina» por ahí es el único lugar que me llevará a la parte trasera de la mansión, sin que nadie se de cuenta. Reviso cuantas balas tengo, es suficiente para matar a todos los que acompañan a los Virret, a ellos les toca algo peor, eso incluye a Kásea. Guardo la pistola en mi espalda, con cuidado de volver a poner el seguro, me voy casi sin siquiera respirar y logro salir de la mansión. Veo a dos hombres; el que me puso la cadena y el que estaba masturbándose frente a Zillah. Malditos. A todos les toca sufrir.
Como puedo, llego a la parte trasera. Los grandes arbustos me cubren todo, el tiempo parece ir más rápido o así lo siento, escucho voces cerca de mí y me meto entre las hojas y ramas. Estoy temblando. Nunca antes había sentido que mi corazón puede salir por mi garganta.
Los dos hombres de hace un rato llegan, casi, a donde me ubico. Me tapo la boca para no hacer ruidos, siento a mi corazón latir a mil por minuto. Hasta lo siento en mis oídos. Por si acaso, saco el arma de mi espalda y cuando estoy por apuntarles... me tapan la boca y mi cuerpo es atrapado. Mi cuerpo no reaccionar lo suficiente, estoy con las piernas temblando, más que antes.
—Haly me trajo aquí —la voz de Heath me hace relajarme y permanecer en silencio—. Lo siento.
Esperamos a que los dos hombres desaparezcan. Nos quedamos callados. Cuerpo contra cuerpo.
