♛CAPÍTULO 2♕

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Recuerdos dolorosos/ Llamada entrante…

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Hady Hammes

Después de haber huido cuando se infiltraron en mi casa y mataron a mi padre, no supe que hacer. Estaba perdida, ya no tenía a nadie, estaba completamente sola.

Ese día había querido darme la vuelta e ir a salvar a mi padre, pero eso no era algo que él aprobaría, por ello, me había advertido que si algo así pasaba algún día, yo tendría que esconderme, nunca supe la razón, pero le hice caso y me arrepiento— Te extraño, papá —murmuré por lo bajo observando su tumba—. Debí luchar, no dejarte morir —agregué aprentando los puños.

Gruesas lágrimas bajaban por mi mejilla mientras observaba la tumba de mi padre— Las pesadillas volvieron y ya no te tengo conmigo para que me calmes papá, cada vez se vuelven más reales, ya no sé que es verdad —suelto hipando de tanto llorar. Suelo ser un poco sentimental. Sólo cuándo algo me importaba de verdad, y mi padre lo era.

«Ahora no tengo a nadie más…»

Después de haberme calmado, decidí regresar a la que una vez fué mi casa, debía buscar información en el despacho de mi padre, necesitaba hallar más respuestas.

Yo nunca entendí por que mi padre no quería que revele mi verdadera identidad, es más, ni siquiera podía entablar una amistad con otra persona, definitivamente mi vida no era normal. Me adapté a esa vida, mi apariencia la oculté bajo disfraces, para salir a un lugar lo hacia como alguien totalmente diferente. Con el correr del tiempo perfeccioné esa habilidad, y si, también la usaba para hacer unas saliditas, ya saben, despejar la mente o…

No asistí a un colegio normal, todo lo aprendía en casa junto a mi padre y a los tutores. Los viajes que hacia eran con el y en cada salida debía aprender algo nuevo. El estaba creando un arma y decia que yo lo era. Que un día se lo agradecería, pero a veces me quejada, yo no queria ser un arma, yo quería una vida normal. Pero al parecer en mi vida no había nada de aquello.

Lo sucedido hace unos años seguía rondando en mi cabeza. Traté de encontrar al culpable muchas veces. Viajé a otros países dónde mi padre tenia negocios, pero no había nada. Tampoco nadie quería ayudarme, para muchos yo sólo era una niña que no sabía en lo que se metía. Error. Si lo sabía y no pararía hasta encontrar algo que me lleve hasta el paradero del dichoso E.M

«Si lo hallo, le pateare el trasero hasta mandarlo a la china»

Al entrar en esa enorme casa, me invadieron los recuerdos, el olor a polvo y encierro eran notables. Nadie había entrado aquí después de lo sucedido hace dos años atrás.

En el despacho de mi padre sólo habían papeles regados por todas partes, eso me alertó. Quién quiera que fuera el responsable, definitivamente buscaba algo en concreto. Sentí como la furia invadía mi sangre, quería venganza y la tendría.

Me dirigí al laboratorio de papá, el era profesor de química en la Universidad. Una fachada para el y a veces un pasatiempo. También me enseñaba idiomas en su tiempo libre. El era bueno enseñando, yo era mala aprendiendo… Mi fuerte era el combate y las armas, sin obviar que tengo conocimiento sobre algunas ramas de la medicina. En los idiomas, digamos que no lo era… tanto…

El laboratorio estaba bien escondido, pero lo había visto muchas veces entrar usando un botón que se encontraba detrás de un cuadro. La pared en frente mío se deslizó permitiéndome acceder al interior.

El lugar, aunque ya no tenía la presencia de papá seguía siendo asombroso — ¿Dónde guardarías algo que no quisieras que nadie encontrara? —pensé, después de varias recorridas por el lugar, me agaché debajo del escritorio, encontrándome con un pequeño botón rojo. Lo presioné y un pequeño cubículo emergió del piso, lo abrí y en el interior habían muchos papeles, una pequeña caja y una fotografía, reconocí a mi padre con su bata de laboratorio pero estaba acompañado de otros vestidos igual que él, excepto uno, el del medio llevaba traje. Guardé todo y me dirigí a la salida.

Ya en el coche, antes de arrancar recibí una llamada con un número extranjero —Qué raro. —dije para mi misma— No lo acepte, no tenía ánimos de hablar y menos con un desconocido.

Las llamadas eran tan insistente que acabaron con mi paciencia, intentar apagar mi celular con una mano mientras conducías no era tan buena idea, por error acepte la llamada —Mierda, mierda, mierda —susurré, me orillé en el camino y lleve el celular a mi oído «Modo: chismoso»

Escuché voces de fondo, alguien estaba discutiendo con otra persona —¿Hola? —dije con curiosidad.

—¡Hasta que al fin respondes, maldita sea! —escucho la voz detrás del teléfono algo enojada —, te habla Lía Hellena Richards, tengo un trato para ti —Ajá, y esta cree que yo ando aceptando todo lo que me proponga cualquiera que me llame.

—¿Trato? No, si lo que usted quiere son mis órganos, déjeme decirle que se vaya para la mierda —cuándo iba a colgarle me responde —. Cállate y escúchame primero, pendeja —apreté mis labios a lo último.

—Tu padre al igual que los míos y de otra chicas más fueron asesinados el mismo dia y fecha, tienen los mismos patrones de asesinatos y parece ser que el culpable de esto es la misma persona que se encuentra en Italia, según mis investigaciones — Eso no me lo esperé, yo más que nadie quería acabar con el culpable, pero ¿Cómo podría confiar en las palabras de esta desconocida? Nadie en su sano juicio se dejaría llevar por las palabras de un desconocido extrajero.

«Pero yo no tengo buen juicio, asi que…»

—¿Cómo sé que no me estás mintiendo? —suelto desconfiada y ella responde —Escucha, linda, no quiero seguir perdiendo el tiempo, si tu quieres ayudar puedes encontrarnos en el Hotel Edén Roc, en Italia, exactamente en dos días. — y me colgó en la cara — ¡Uff! ¿Pero que coños fué todo esto? — dije volviendo a retomar el camino.

Tenía que pensar bien lo que haría, mi padre siempre me enseñó a estar alerta, pero no podía obviar el hecho de saber que no era la única que había pasado algo así, en el fondo sentí un sentimiento de familiaridad a escuchar aquella voz. Esa noche tomé una decisión, si tenía la mínima oportunidad de vengarme del hijo de puta que causó todo este desmadre, lo haría.

Pues es hora de volver a Italia ¿Aprendí italiano? No, mierda…

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Nota:

¡Hola!

“El rey utiliza sus peones, para así ganar la partida”

Bienvenidxs a otro capítulo de TENTACIONES.

Vaya, si yo fuera Hady vendería algún riñon para comprarme algun libro en físico. Es bromas, pero si quieres, no es broma😏

Disculpen el chiste.

D y J, no me manten.

¡Saludos! Soy F, una de las escritoras, las queremos mucho y gracias por estar aquí y darle una oportunidad a nuestro escrito…

Desde ya, espero que lo hayan disfrutado.

Besos.

Att: F

Att: F

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Tentaciones: Regresando al pasado. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora