CAPÍTULO 21- Primera parte

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Este capítulo esta dividido en tres partes para su mejor desarrollo. Sigan y disfruten.

Primera Parte:

HADY

Habia salido antes del amanecer del hotel. No queria cruzarme con Hella y por ello hice mi mayor esfuerzo por madrugar. Me encontraba inquieta y no quería que me preguntara cosas a las cuales no podría responder. Veran, el hecho de que había encontrado una pista bastante compleja hacía que quisiera que lo confirmara antes de soltar la bomba que tenía atorada en la garganta. Normalmente suelo ser muy impulsiva, pero como somos un equipo que intenta atrapar al culpable de todas nuestras desgracias, lo mínimo es que deba aportar información verídica y no simples teorías que surgían en mi cabeza asi por que sí, conectando hechos sin lógica alguna. Debía hallar la pieza que me faltaba y para eso debía venir a este pueblo, la cual se hallaba cerca centro de Roma para reunirme con alguien y heme aquí, metida en un intento de... ¿laboratorio? ¿de tecnología? ¿cocina? Bien, un poco de esto y aquello junto al desorden de papeles.

Gian, un muchacho de veintiún años era un prodigio en lo que se supone que hacia. Hacia de todo un poco. ¿Cómo lo conozco? En realidad, no lo hago. Era amigo de mi padre y gracias a eso llegué hasta él. Yo necesitaba respuestas que él podría darme. Si no lo hacía, siempre habían otras opciones para hacerlo hablar, como por ejemplo, la palabra con T...

—Te...te juro que no sé quién es tu...padre —parloteaba Gian en un vil intento de mentirme. Era evidente que conocía a mi padre, hasta tenía una foto enmarcada colgado de su pared—, por favor, deja de ahorcarme que me exito, digo... me asusto.

Ruedo los ojos y lo empujo haciendo que caiga sobre el montón de hojas desperdigadas por su piso. Ni siquiera lo estaba ahorcado, lo tenia sujeto del cuello de su camisa.

Guapo y bromista, qué encantador.

—Te has ganado el título de descarado, agrégalo a tu colección y ponlo en tu pared —me burlo, aprovecho para pasearme y husmear entre todo lo que tiene dentro. Parece una cueva de un nerd obsesionado con la ciencia o lo que sea—, deberias ser más ordenado, ¿como puedes leer romance-erótico en medio de tantas... fórmulas químicas? —levanto un libro con una portada bastante...reveladora, mientras trato de no inhalar el contenido verdoso de una de las botellitas de experimentos que tiene sobre su mesa.

Después de incorporarse, acercarse con aires de superioridad me hace imaginar que dira algo realmente estúpido.

—¿Descarado yo? Ni que fuera tu ex —su acento Italiano se escucha muy bien en su español—, y ¡duh! es normal que a uno se le antoje leer cositas cursis mientras crea un arma biológica o mientras está intentando recrear un virus letal. Ya sabes, para no entrar en pánico.

Deduzco que su vomito verbal es pura bola. Me agrada el chico porque ya no se siente intimidado junto a mi presencia y parece que nos llevaremos bien. Eso significa que no tendré que torturarlo o matarlo.

—Nah, es broma —hace un ademan con la mano—, como verás mi jefe murió por razones que aun desconozco y en concecuencia estoy sin trabajo, lo que conlleva a que no tengo money y esta pequeña caja de zapatos es mi único lugar ahora mismo. Por eso el desorden y que todo este mezclado, disculpa.

—Tú jefe era mi padre —aclaro cruzándome de brazos y enarcando una ceja.

Silencio.

—Oh, eso responde muchas cosas.

Dos horas después estábamos desayunando en un lujoso restaurante. No me pregunten el nombre, Gian me guió porque aun me cuesta trabajo desplazarme de un lugar a otro, pero, viendo los lujos del lugar puedo decir que es bastante caro—pagarlo no es problema para mi—, aunque sin dudas Gian es bastante astuto.

Tentaciones: Regresando al pasado. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora