Tentaciones: Regresando al pasado. ©

Capítulo 19

✧━━━━━━♛━━━━━━✧

Lia Hellena

Conduzco rumbo al club por una de las calles mas solitarias de Italia a estas horas de la noche. Escucho el timbre de mi teléfono y lo pongo en el altavoz.

—Lia, menos mal y contestas —habla un Adrean muy acelerado.

—¿Qué pasó? —pregunto mientras me detengo en un semáforo en rojo.

—Una de las chicas esta en peligro —al decir eso me pongo en alerta—, le descubrieron el
micrófono que tenia puesto en la ropa que traía.

¡Mierda!

Doy un golpe al volante por
rabia.

—¿Dónde la tienen? —pregunto poniendo el auto en marcha.

—En un bodega por la calle #### —me hace saber—, oye espera, ¿para qué querías su ubicación?

—Pues, ¿para qué más Adrean? ¿No es obvio? Voy a rescatarla —respondo  con tranquilidad.

—¿Qué! ¡Estas loca, no puedes ir sola! —grita exaltado.

—Adrean, calmate si, no es ni la primera y ni la ultima vez que voy hacer esto —hablo restándole importancia.

—Esta bien, Lía —dice rindiéndose—, pero yo te ayudo desde aquí y no acepto un no como respuesta.

Conduzco a toda prisa hacia la dirección que Adrean indicó, alrededor de unos 20 minutos llego al lugar.

Me estaciono uno metros antes para que no se den cuenta de mi presencia, apago el motor, busco una radio en la guantera para paso seguido ponérmelo para poder comunicarme  con Adrean, porque o sino al pobre le da un infarto.

Salgo del auto y cierro la puerta, camino hacia la parte trasera del auto, abro el maletero y quito la alfombra que
cubre un compartimento para meter las armas.

Tomo una AWM que es buena para larga distancia y la cargo, me la pongo en el brazo para después tomar una G18, me cercioro de que tenga el seguro puesto y la pongo en la parte trasera de mi espalda.

Me hago una coleta alta con algunos mechones rebeldes a los lados, busco entre la cosas una capucha y me la pongo para que no puedan identificarme, mientras menos sepan quien soy, mejor.

Cierro el maletero y pongo a funcionar el radio y un Adrean refunfuñando habla.

—¡Carajo, Lia! Hasta que por fin prendes el radio ese —ruedo los ojo y resoplo.

—Infórmame —digo sin ponerle atención a su reclamo.

Hay dos hombres en la entrada, dos en la segunda planta, afuera de la habitación donde la tienen y dos que están con ella —habla tan rápido que se queda sin aire.

—Okey, me vas indicando —comienzo a caminar hacia la bodega, busco con la mirada  por donde subir al segundo piso y encuentro una escalera de emergencia a un costado que me conducen a la segunda planta y por la que comienzo a subir lento para que haga el menor ruido posible, pero la muy maldita comienza a hacer ruido.

¡Dios, pero que cruel eres, óyeme!

Continúa así hasta que llego a la segunda planta, entro por una ventana que esta abierta miro para todos los lados para ver si no viene nadie, al ver que no hay nadie camino hacia la baranda de la escalera y efectivamente como dijo Adrean hay dos hombres en la entrada.