♛CAPÍTULO 3♕

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♛ ✧  Llamada inesperada y "vamos a la chingada"✧♛

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Samantha Meyer

Es casi medio día y estoy sentada debajo de un árbol detallando el hermoso paisaje, a pocos pasos está mi mejor amigo y a unos metros esta la casa, una pequeña casa donde viví momentos únicos tanto con mis padres como con mi mejor amiga y mi novio, esta casa siempre a sido mi casa favorita y fué la favorita de mis padres.

—¿Estás bien? —me pregunta Sebastián sentándose al lado mío.

—Si, claro ¿Por qué lo dudas? —le digo algo confundida y en el momento en el que señala mi cara me doy cuenta de que algunas lágrimas se escaparon —. Ou, sí, sólo recordé algo —mencioné sin mucha importancia.

—¿Por qué decidiste venir a vivir aquí?, ¿por los recuerdos?, digo, ¿cual es la diferencia si en la casa principal —hizo comillas con los dedos— era donde siempre estabas y por tal tienes muchísimo más recuerdos?

—Puede ser, pero, aquí es donde viví los mejores momentos y aparte es muy tranquilo, se quién entra y quién sale del pueblo —lo volteo a ver con una sonrisa, me regresa la sonrisa.

Me vine a vivir aquí no porque tuviera miedo a los asesinos de mis padres, de ser así supongo que me iría a otro continente; pero no, lo que quiero es encontrarlos y cobrar venganza y bueno este era el mejor lugar ya que debajo de la casa hay un gran laboratorio y también un centro de investigaciones, aunque no he encontrado nada, me he resistido demasiado pero ya es hora de que regrese a buscar en todos los papeles y escondites de mis padres.

Después de que Sebastián y yo pasáramos un rato en el jardín trasero de la casa nos aburrimos y decidimos entrar.

Mas bien nos moríamos de hambre, pero también ya nos habíamos aburrido, en el camino hacia la casa una chica de servicio se atraviesa y me dice que tengo una llamada, algo raro ya que se supone que en esta zona es poco probable que haya señal y aparte nadie debería tener mi número, cuando miro la pantalla del celular veo que es un número extranjero, para ser exactos colombiano — tuve amigos de ahí, por eso lo sé —cuando colgué me quedé un poco confundida.

—¿Quién era? —me preguntó Sebastián con curiosidad, es bien chismoso el niño.

Igual que tú, por algo son amigos ¿No crees?

—Una tal Lia, no sé qué, no sé qué, la verdad no puse mucha atención a esa parte —le contesto tranquila.

—Bueno y, ¿Qué quería?

—Me dio información que puede ayudar—hice una mueca— O al menos un pedazo.

—Entonces… ¿A ver cómo? —se volteo hacia mí, frunció el ceño y se cruzo de brazos, yo solo me reí .

—Luego te explico, ahora vamos a comer que me muero de hambre —comencé a andar a la casa.

—Okey, pero me debes de explicar, eh —venia unos pasos atrás mientras me señalaba, negué y sonreí.

Al pensarlo bien me di cuenta que ya no podré aplazar la visita a mi antigua casa —espero estar lista emocionalmente y mentalmente para esto.

Después de cuatro horas de camino, llegamos a la casa al entrar di una revisión rápida, todos los muebles estaban tapados con sábanas blancas, el olor a viejo y polvo inundaron mi nariz, en definitiva en 2 años no había venido nadie, al mirar las escaleras muchos  recuerdos llegaron de golpe a mi cabeza,  el ver a mis padres tendidos en el suelo sobre dos grandes charcos de sangre y esas marcas… Dios, tengo que despejar mi mente para encontrar algo que me sirva, Sebastián y Leonard me ayudan a revisar la habitación que fue de mis padres – aun no puedo entrar ahí – mientras yo revisaba la oficina, al entrar vi la foto donde salimos mis padres y yo, mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas, lágrimas que no deje salir.

Empecé a checar toda la oficina, cada espacio, debajo de la mesa, etc. Pero no encuentro nada, al sentarme en el sillón que estaba frente a una estantería de libros me llamó la atención un libro en específico, al intentar sacarlo cae otro al piso abriéndose, dejando ver ¿una carta? – que mierda – cuando la abro hay fórmulas y otras combinaciones raras que no entiendo, la guarde en el bolsillo trasero de mi pantalón, pueda que sirva más adelante.

Una mausqueherramienta que nos servirá más adelante...

Puse los ojos en blanco por el comentario de mi conciencia, al llegar a las escaleras Sebastián y Leonard venían bajando desanimados.

—Encontraron algo —les dije con un poco de esperanza y Sebastián solo movió la cabeza en forma de negación.

Salimos de la casa y nos dirigimos hacia mi piso, en el que viví por dos años, hace mucho no venía así que no sé como este, al entrar todo sigue tal y como lo dejé, veo que aquí si entraban a limpiar, después de darme un baño, me puse a investigar todo lo que me dijo Lia, están en las noticias, pero no hay información de las chicas así como de la mía solo de nuestros padres y los asesinatos, al parecer tengo que ir a Italia para buscar, solo espero no perder mi tiempo.

—Señores, preparen el avión que vamos a viajar —le digo a Aaron que es el encargado del transporte y preparar todo.

—¿A dónde vamos? —me pregunta Sebastián confundido.

—A la chingada —pienso, pero lo que digo es —. Ya lo verás, querido, ya lo verás. —le contestó con una sonrisa.

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¡¡¡Hola!!!

Volvimos tarde, pero aquí estamos,  fue mi culpa.
ATT: D 🙂

La nota chingona  :3 "Los peones no son solo fichas, son aliados"

La verdad no sé qué poner aquí, D y F me obligaron a poner algo así que cuéntenme.

¿Cómo están?

¿Qué hacen?

¿Ya tomaron awuita?

¿Ustedes que creen que significaba todo lo de la carta?

Bueno soy J y espero les vaya gustando esta historia creada por 3 mujeres con tornillos zafados de la cabeza ja,ja,ja.

Perdón D y F, pero es la verdad.

Besos. 😚

Att: J

Att: J

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Tentaciones: Regresando al pasado. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora