Esto trata de una historia dónde los personajes deberán volver al principio, recordar lo que fueron, como fueron y lo que serán. Tendrán que superar obstáculos peligrosos, luchar contra quienes intentan someterlas, por que sí, se trata de mujeres qu...
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Los días anteriores fueron productivos, junto a las chicas conseguimos un montón de información con respecto al asesino y mediante la ayuda de Anderson aclaramos muchas dudas, el será una pieza clave en esta jugada, por ello debemos mantenerlo como aliado.
Ahora estábamos de camino al club, debía encargarme de cambiar ciertas cosas junto a las chicas, ya que esta esta sería la pieza clave para nuestro plan, ya que con esto atraeremos la atención que deseábamos obtener, sería una fachada de una trampa mortal.
El auto se detiene en la entrada del club. Edward es el primero en bajar, rodea el auto y abre las puertas para que bajemos.
El guardia que se encuentra vigilando la entrada del local al vernos nos saluda y nos permite ingresar.
Todo esta en silencio. Como lo pedí, todos los empleados están reunidos observando el escenario, dónde algunas de las chicas bailan.
La mayoría, al escuchar el ruido que hacen los tacones al tocar el piso se voltean y nos observan de arriba hacia abajo, ignoro ese gesto y continuo caminado con Samantha y Hady detrás, hasta estar frente el escenario y subir.
Me ahorro las introducciones y voy directo con lo que me interesa decir.
—Como ya se les informó con anterioridad, este club ha cambiado de dueño, es decir, ahora tendrá dueñas. —nadie dice nada, solo se quedan en completo silencio observándonos. —Soy Lía Hellena, una de las nuevas dueña del club.
Observo a Samantha y a Hady, les cedo la palabra para que se presenten ellas solas.
—Sono Samantha Meyer. —habla la mexicana cruzándose de brazos.
—Hady Hammes. —ésta esta más pendiente del celular que de las personas que nos están observando.
Vuelvo a lo mio y hablo:
—Bien, como lo escucharon, somos las nuevas dueñas de este lugar y los que están aquí, es por que quieren trabajar para nosotras. —todos asienten con la cabeza.
—Van a haber una serie de cambios —prosigo mientras todos se observan confundidos. —Comenzando con el nombre, de ahora en adelante se llamará CLUB TENTACIONES.
Al decir aquello comienzan los murmullos.
—Cabe recalcar que habrá nuevas reglas, es hora de innovar y cambiar el aspecto de este lugar, además, ninguna de las trabajadoras estará obligada tener relaciones sexuales con los clientes.
Los susurros aumentan, comienzan a decir cosas como: “menos mal cambiaron de jefe”, “que bueno que vendieron el club”, “¿viste las tetas de la que esta hablando?”, lo último me hace rodar los ojos fastidiada.
