Tentaciones: Regresando al pasado. ©

♛CAPÍTULO 18♕

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Lia Hellena

Cada vez estábamos más cerca de hallar al tal EM, la semana pasada un cliente árabe había llegado y con ello bastante información útil que Hady se encargó de sonsacarle al hombre y junto a Samantha lo verificaron. Tal parece que estábamos muy cerca de encontrar su punto de ubicación o al menos su identidad, ya que hasta ahora el hombre no tenía cara ni forma, se movía como un puto fantasma, por algo decían que era el Rey de toda los clanes de la mafia italiana.

—Hella, ha llegado un nuevo cliente —levanto la vista de los documentos que tengo sobre el escritorio.

Hady se encuentra parada en el marco de la puerta.

—¿Y yo que tengo que ver en eso? —pregunto con el menor interés, pongo mi mirada en los documentos de nuevo.

—Quiere conocer a las dueñas —musitó tajante.

Dejo los documentos y camino detrás de Hady, bajamos las escalera, el club está en todo su esplendor. Hay muchos clientes y nos está yendo de lo mejor.

Pasamos por en medio de las personas, unos me saludan y otros solo me miran, pero ninguno se atreve a faltarme el respeto.

Cuando estamos por llegar donde esta se encuentra Sam, escucho una voz por sobre la música que se me hace conocida, pero sigo caminando, hasta que lo veo y freno en seco.

—Hellena, ¿qué pasa? —Hady se da vuelta al ver que no la sigo.

—Hady ese es Donnovan —alza una de sus cejas—, que ese es el ruso, ese el sujeto con el que hablé semanas atrás.

—Ajá, ¿y eso que? —ruedo los ojos.

—Hice un trato con él, mas no le rebelé mi vida o mi nombre y el que él esté aquí puede traer problemas — me mira sin entender nada, bufo molesta—, que, si él sabe que soy una de las Tentaciones, todo se va a la mierda Hady, sabrá todo de mí y eso es lo que menos quiero, que sepa quién soy, una abogada teniendo tratos con un mafioso, ya con el club me basta.

No sería nada bueno que me relacionen con él, sé que es un empresario además de mafioso, pero pueden llegar rumores y perjudicarme por completo.

—Haberlo dicho antes —se cruza de brazos—. Ok, ¿qué hago?

Miro a la dirección donde está Sam, habla con Donnovan, lo veo alejarse con dos chicas a la zona VIP.

—Vamos con Sam —asiente.

Comenzamos a caminar, al estar cerca se voltea, nos da una mala mirada.

—¿Qué estaban haciendo? —reprocha—, el señor Evans las estaba esperando, pero se cansó y le propuse que nos esperará en la zona VIP.

—Él no puede saber que yo soy una de las dueñas de este club.

—¿Por qué no?

—Es el ruso con el que hice la alianza —repito lo más breve posible—, no es conveniente que sepa quién soy o que soy una de las dueñas del club, mientras menos sepa mejor.

—¿Entonces que hacemos? —pregunta sin esperar más explicación.

—Solo ayúdenme a salir de aquí sin que él o alguno de sus hombres me vean —las dos asienten—, si pregunta por la tercera dueña, le inventan cualquier excusa.

Les paso por al lado y camino hacia la entrada del club, voy tan metida en mis pensamientos que no me doy cuenta de que voy a chocar con algo o más bien con alguien hasta que lo hago, levanto la mirada y me encuentro con el gorila del ruso.