Capítulo 41

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Eiji siempre creyó que con esfuerzo y dedicación podría cumplir sus sueños. En la adolescencia le fue relativamente fácil convencer a su madre de que no quería ser médico sino fotógrafo, así que regresó a su país natal e ingresó a la universidad que quería, estudió mucho y fue el mejor graduado de su generación. Consiguió empleo a los pocos días de titularse, Eiji creía que su vida no podía ir mejor, pero no fue así, se encontró con que allá afuera es un mundo muy competitivo. En su país, cada persona estaba más capacitada que la otra, Eiji tuvo que hacer su mejor esfuerzo para no quedarse atrás y estar a la par de sus compañeros de trabajo, nunca imaginó que cada día tendría que esforzarse más, trabajar el doble o el triple que todos incluso tuvo que dejar de comer y dormir solo para poder ser el mejor. Lógicamente, todo eso le pasó factura a su salud. Perdió mucho peso, se desmayaba constantemente, su cabello caía cada vez más y sus uñas comenzaban a agrietarse.

Pasaron los años.

Se dio cuenta que era un adulto de 27 años y no disfrutaba de su vida ya que esta consistía en trabajar casi todo el día para poder estar a la altura, ni siquiera podía ver a su familia.

Eiji no entendía cómo es que había dejado que la juventud se le fuera de las manos, sentía que jamás en su vida había hecho algo que le hiciera latir el corazón con fuerza, sentía que la pasión con la que vivía se le había ido.

Mentira, hubo un momento en su vida en la cual disfrutó realmente de muchas cosas, más bien, fue alguien quien hizo que la vida sosa de Eiji diera un giro de 180 grados.

Ash.

Eiji no quería recordarlo, desde que no se apareció en el aeropuerto, juró que nunca más iba a sufrir por él, se convenció a sí mismo que lo olvidaría y eso fue lo que hizo, nunca preguntó por él o de atrevió a buscarlo por las redes, para Eiji, Ash había sido el típico primer amor tonto que no trae nada bueno más que experiencia.

Así había pensado, hasta que sin querer, se dio cuenta que sólo con él había sido realmente feliz, Ash era como un tornado que puso su aburrida vida de cabeza, cuando estaban juntos la sangre le hervía y sentir que podía comerse al mundo si quería. Pero ahora que ya han pasado años, Eiji se ha dado cuenta que desde los 18, no ha hecho más que estudiar y trabajar, casi no se ha divertido y para este punto ha entrado a una crisis de edad, por favor, va a cumplir 30 en unos años y ni siquiera se ha ido de viaje, o se ha conseguido una pareja.

Está deprimido y sabe que algo tiene que hacer, aunque no sabe qué.

Un día se fue a tomar unos tragos con un ex amigo de su padre, pareciera, que estaba destinado a verlo, precisamente a él, ese día.

-¿Y qué tal el empleo, Eiji? -le ha preguntado Ibe, el ex amigo de su papá.

Eiji se desahogó, le dijo a Ibe todo eso que lo tenía deprimido y desesperado. Ibe le tenía mucho aprecio al muchacho, ya que fue el mejor amigo del padre de Eiji, al verlo tan desesperado, le hizo a Eiji una propuesta.

-¿Eiji, te gustaría regresar a Nueva York?

Eiji se ha quedado frío con la pregunta, no es que no quisiera viajar y cambiar de aires, pero no quiere ir precisamente a Nueva York.

-Pienso que te vendría bien un cambio, Eiji, tu hermana está en la universidad y tiene su mundo, tu mamá de igual manera tiene a sus amigas y hace su vida aparte, estás a tiempo de viajar y probar otras cosas, incluso puedes solicitar trabajo ahí, eres un joven muy dedicado y estoy seguro que encontrarás empleo pronto.

Eiji no responde, claro que quiere ir, solo que hay alguien a quien definitivamente no quiere ver. Eiji toma un sorbo de su bebida y piensa, ¿Qué tan probable es que se encuentre con Ash?

Ciertamente es casi imposible que algún día coincidan, así que Eiji se decide.

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La ciudad ha cambiado desde que Eiji se fue, se siente nostálgico, tiene muchos recuerdos bonitos ahí. Lo primero que hace al bajarse del avión es llamar a Yut y Sing, quienes no pueden esperar a verlo y ya han quedado de verse cuando Eiji se haya instalado. Ibe le ha conseguido un departamento a buen precio, solo que debe compartirlo con un chico universitario llamado Skipper. Ibe le ofreció vivir con él, pero Eiji se negó ya que Ibe vive con su familia y su madre, así que según Eiji no hubiese sido muy adecuado ir a vivir ahí, entonces le pidió de favor que le consiga un departamento barato.

Skipper es un buen compañero, se llevaron muy bien desde que se conocieron y a veces hacen cosas juntos, como ir al super mercado o ver películas los fines de semana.

Eiji ha buscado empleo y le han hecho algunas ofertas, pero tiene que admitir que en Estados Unidos la vida también es muy competitiva, si le gustaba un empleo se daba cuenta que el sueldo era muy poco, si la paga era buena, le pedían que hiciera cosas para las cuales él no estaba preparado, muchísimas veces le dijeron que él era muy joven y no tenía suficiente experiencia en el campo e incluso en una entrevista, uno de los jefes se quiso propasar con él, Eiji salió corriendo del lugar y no volvió a pisar ese edificio nunca.

Eiji no podía creer que tuviese tan mala suerte para conseguir empleo, estaba pensando incluso que si no encontraba trabajo como fotógrafo, se iría a trabajar de mesero en una cafetería o algo así, quizá sí debió aceptar los trabajos en los cuales no le iban a pagar tanto como el esperaba. Moraleja, "piensa bien antes de rechazar una oferta de empleo".

Un día de tantos, Eiji está sentado en el desayunador con Skip, bebé café mientras revisa las ofertas de empleo en internet, busca y busca, hasta que se encuentra con una empresa de ropa y modas. Necesitan fotógrafo con una amplia experiencia, él no cumple precisamente los requisitos, pero piensa que puede de igual manera enviar su hoja de vida, no pierde nada con intentarlo, como Eiji siempre ha sido diligente, investiga primero a las empresas que va a aplicar, así que eso hace, busca información y se encuentra con una particularidad.

ASLAN JADE CALLENREESE, vicepresidente financiero.

Y entonces Eiji deja de respirar, está a punto de enviar su carpeta pero no lo hace, se queda mirando fijamente a la pantalla, se ha quedado ido, tanto, que Skip lo ha notado.

-¿Eiji? Que llevo rato hablándote y no me haces caso, ¿qué te pasa?

Eiji sale del trance -es que, acabo de leer algo -responde.

Eiji no ha hablado con nadie de Ash en años, nunca creyó necesario hacerlo, hasta ese momento, le cuenta a Skip su tragedia amorosa adolescente.

-Bueno, de pronto ese tipo ya se olvidó de ti, son adultos ambos, no creo que le afecte si te llegan a contratar ahí y te llega a ver, además tú mismo dijiste que necesitas trabajar -le dice Skip, pero nota que al parecer a Eiji sí que le va a afectar ver a su antiguo amor de colegio -oye pero si no estás seguro no envíes tu hoja de vida, si sigues buscando es probable que encuentres algo.

Skip tiene razón, seguramente Aslan ni siquiera se acuerda de él, es más puede apostar que no lo ha vuelto a recordar desde el día que se separaron, entonces ¿qué de malo tendría enviar su carpeta? Además, no es como si seguro lo fueran a contratar a él.

-¿Sabes qué Skip? Voy a enviar mi carpeta, dudo mucho que Ash, digo Aslan me recuerde, y tienes razón, tengo que encontrar empleo y mientras más hojas de vida envíe más probabilidad tendré de encontrar algo bueno. Soy un adulto y no puedo prestarle atención a niñerías como esa.

Eiji se dispone a enviar el correo.

-¿Estás seguro que quieres mandar tu hoja de vida precisamente a esa empresa? ¿Sabes a lo que te estás metiendo? -pregunta Skip porque nota el nerviosismo de Eiji.

-Skipper, no soy un idiota, sé lo que hago, pero necesito el dinero, me han rechazado tanto que estoy desesperado, todo el mundo me dice que me falta experiencia, pero ¿cómo? - si no me dan la oportunidad.

-Bueno, si es lo que has decidido.

-Sí, es lo que he decidido.

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