Capítulo 53

488 49 15
                                    

Quizá si hubiese entendido las cosas cuando era un mocoso no estaría pasando por esto. Habría aprovechado más su juventud en lugar de quejarse por todo, es que él realmente se quejaba de todo.

Si algo se le perdía, si se caía por la calle, si le robaban algo por muy insignificante que fuera, le echaba la culpa a Dios o al universo, a la ley de la atracción, etc. Se quejaba de su vida, de lo que tenía y lo que no. La moda, la música, los artistas en tendencia… todo eso le parecía estúpido. Para Aslan la mayoría de chicos de su edad eran un montón de monos que seguían modas incapaces de tener criterio propio. Solo lo que él escuchaba le parecía bueno, solo lo que él leía le parecía inteligente, solo lo que él hablaba era la realidad.

Según él, el dinero de sus padres no era importante, porque a él eso no le interesaba, sin embargo, comía bien tres veces al día, sin embargo, podía comprar lo que él quisiera porque le daban una buena mesada cada mes, sin embargo, podía drogarse y emborracharse en las fiestas las veces que quisiera.

Se quejaba de la hipocresía de la gente, de que uno nace y muere solo y que los amigos al final se van, más hasta hoy cuenta con Shorter, que a pesar de sus ridiculeces se ha quedado con él.

Ha renegado de sus padres, de que odiaba que se hubieran dedicado tanto a su trabajo al punto de descuidarlo a él, sin embargo, ahora, es otro adulto sumido en su trabajo, siendo un feroz competidor y destruyendo a las empresas que hacen lo mismo que él.

Despreció tanto el amor por considerarlo un sentimiento mezquino y barato, ahora se mira a sí mismo, tirado en la cama de su departamento, con el dinero suficiente para salir a pasear, comer o viajar, pero no quiere. Ahora que es adulto reconsidera lo que es importante, la amistad, la salud, el amor, la compañía. No es que no sea importante el dinero, claro que lo es, pero en su opinión es está bien si tienes con quién compartirlo, bueno, él no quiere compartir todo de él con cualquiera, solo quiere a una persona, pero esa persona no quiere y ya entendió que no lo puede obligar.

No se le ha acercado más, no le ha interceptado en la oficina, no le ha mandado un solo mensaje, es más incluso lo ha estado evitando y no porque no se muera de ganas de hacer algo, un movimiento, una mirada, un roce siquiera, no, es que ya entendió.

No es que Eiji todavía estuviera resentido con él, no, es que Eiji es otra persona ya, que vivió una vida en la que Ash ya no era parte de él, aprendió a vivir sin él, lo superó si se quiere llamarlo así y con un Aslan superado, Eiji no puede darse el lujo de reavivar sentimientos enterrados. Bueno, eso ha entendido Ash.

A veces se pone espiritual, y se dice a sí mismo que “lo que es de uno es de uno” que no importan las circunstancias, que si el universo o la energía o lo que sea quieren que Eiji sea de él, Eiji será de él, que algún tipo de milagro ocurrirá para que ese evento suceda, tiene que ser así ya que de otro modo no se habría reencontrado con Eiji después de tantos años ni habría ido a trabajar donde él ¿no? Esa debe ser una señal. Es ahí cuando el corazón se le llena de esperanza y da ese salto de fe que le falta. Busca señales por todo lado para decirse así mismo que al final Eiji y él estarán juntos.

Por eso estaba tranquilo, por se había mantenido al margen de la vida de Eiji, bueno, no siempre.

Había ocasiones en las que se decía que esas cosas sobrenaturales no existían que esa una idiotez y él era un idiota por creerlas, no hay nada de energía ni destinos, solo es una coincidencia, él se puede morir mañana y todo habrá quedado hasta ahí. Ve a Eiji y quiere ir sobre él, porque si se desea obtener algo se debe luchar por ello, trabajar hasta conseguirlo, él no ha conseguido estar donde está porque “ha tenido fe” sino porque estudió y se preparó.

Finalmente se da cuenta que no puede hacer nada, solo esperar a que el destino o lo que sea se apiade de él.

.

¿Te gustan los chicos malos, Eiji? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora