El rostro de Eiji Okumura había estado presente en varias de las personas con las que había estado. Todos aquellos con los que se había acostado tenían algo de Eiji. Uno de ellos tenía sus ojos, otro sus labios, otra el cabello, otra las manos. Ya no sabía si estaba inconscientemente buscando detalles de Eiji para consolarse y no sentirse tan hecho mierda.
Eiji siempre estuvo ahí, en lo más profundo de sus recuerdos, siempre estuvo ahí, solo esperando una oportunidad para que todo ese amor guardado saliera disparado y sin control.
Ash ya no tiene control de él mismo.
Entonces Aslan ingresa a la ducha con él y Eiji no intenta alejarlo tampoco, no tiene sentido hacerlo, no cuando Eiji lo desea tanto como Ash lo desea a él, no cuando jamás ha dejado de amarlo, Eiji quiere entregarse sin medir las consecuencias.
Ash ya no se contiene más y toma a Eiji por la cintura para besarlo con desesperación, ni siquiera se ha molestado en quitarse la ropa. Se recuesta con Eiji debajo de él, está empapado, pero está tan concentrado besando y chupando el cuello de Eiji que no le importa, está tan emocionado que hasta sus movimientos son algo torpes. Le fastidia mucho que Eiji tenga ese efecto en él, parece un mocoso hormonal desesperado por sexo, menos mal que Eiji no lo nota. Aslan decide calmarse, respira un par de veces, para preguntarte a Eiji si está seguro de lo que va a hacer, porque quiere que Eiji esté muy seguro de lo que van a hacer porque después de esto, Ash ya no va a poder estar lejos de Eiji.
—Te lo digo de una vez que cuando hagamos esto, ya no te vas a las librar de mí, así que si quieres irte y que las cosas sigan como hasta ahora, lo entenderé. No te buscaré más.
Y Eiji pone esa carita de timidez que no ha cambiado pese a los años, baja la mirada y sonríe, así tal cual como cuando era un adolescente y Ash lo recuerda, sabe que eso es una confirmación.
Le sorprende cuando el propio Eiji es quien estira los brazos para atraer a Aslan y besarlo.
Aslan pierde la cordura y en ese poco de lucidez se retira completamente la ropa, cierra la llave y se lleva a Eiji hacia la cama, ambos están empapados pero a ninguno le importa. Las manos de Ash tocan y aprietan todas las partes del cuerpo de Eiji mientras besa su boca, el cuello, el pecho... Eiji suelta esos gemiditos que siempre le ha dicho a Ash que le dan vergüenza.
—Así te recuerdo, Eiji.
Le dice el rubio mientras sus manos continúan tocando el cuerpo de su amante.
—Mierda, Eiji! Me tienes aquí como un jodido mocoso, desesperado por cogerte. No sabes cuánto he estado esperando por esto.
Y Eiji sonríe para sus adentros, le gusta saberse deseado y esperado por Ash,
Eiji quiere hablar, quiere decirle que él también lo ha extrañado, que él también ha estado esperando por esto, pero no lo hace porque no sabe cómo expresarse en esa situación, porque es un adulto, pero uno bastante tímido, supone que hay cosas que nunca cambian, pero a cambio de sus palabras, le demuestra a Ash Lynx con sus caricias y besos lo mucho que lo ha extrañado tambiénAsh Lynx lo folla duro y apasionadamente, como siempre, como cada vez que han estado juntos, ambos están tan desesperados y felices que ninguno piensa en el desastre que han convertido la habitación del rubio. Finalmente cuando terminan, Eiji se recuesta sobre Aslan, Eiji dibuja corazones en el pecho de Ash mientras el rubio acaricia sus cabellos. Ninguno habla, pero saben que ya nada será lo mismo.
— Te he estado esperando, Eiji. Tal vez no de la forma que hubieses querido, pero te he esperado. Crees que se puede avanzar mientras esperas?
Eiji entiende lo que Ash quiere decir, él también ha estado avanzando mientras esperaba, como si tuviese una especie de seguridad, una seguridad de que Aslan iba a volver a él, sea en esta vida o en otra, si hubiese acaso una.
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¿Te gustan los chicos malos, Eiji?
RomanceUstedes se expresan de él de esa manera pero, de todas formas, ¿qué es lo malo?