Capítulo 18

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Ash espera a Eiji todas las mañanas antes de que inicie la jornada escolar, se ven cuarenta minutos antes de que toque el timbre porque en esos momentos casi no hay alumnos y tienen la oportunidad de hacerlo en la bodega del gimnasio. Eiji se recarga sobre el contenedor de balones mientras Ash lo embiste con fuerza, no es que no tengan tiempo para hacerlo luego de clases, es que Ash es un jodido pervertido y le encanta follar a Eiji en la escuela, porque este último no puede gritar, y tiene que gemir despacio para no hacer ruido y eso al lince le encanta. Le encanta todo del pelinegro, ama susurrarle palabras sucias mientras lo hacen porque Eiji se sonroja hasta las orejas, baja la mirada y pese a que es tímido, permite que el rubio lo toque y bese a placer.


A veces mientras están cogiendo, Ash por maldad deja de moverse provocando que Eiji mueva las caderas en busca de fricción, otras, lo obliga a pedirle lo que quiere.


“Ash, por favor, no me dejes así”


“¿Así, cómo, Eiji?”


Entonces Eiji se voltea y mira al rubio con ojos llorosos.


“Ash por favor… cógeme”


Ash pierde el control, gira al pelinegro para poder quedar frente a él, lo levanta y embiste muy duro, ambos terminan saciados, felices y con una enorme sonrisa todo el día que es notada por muchas personas.


Shorter no deja de molestarlo todos los días con aquello.

“Que se te nota el amor por los poros, Ash”


Y es cierto porque mientras están almorzando en el restaurante de la hermana de Shorter, Ash no ha dejado de mensajearse con Eiji y sonreír cada que el pelinegro le dice alguna cosa bonita.


“Nunca te hubiese imaginado enamorado, pero me alegra, es mejor que tenerte de mal humor todo el día”


Ash no responde, nunca le ha afirmado a nadie que de verdad está enamorado, simplemente se limita  callar porque no quiere ser como esos idiotas que se la pasan suspirando, él no, se supone que se cree más maduro que ellos.


“Por cierto, los chicos quieren reunirse el sábado, va a tocar la banda de Alex, ¿quieres ir? Puedes traer a Eiji”


Ash quiere ir,  hace tiempo que no se reúne con esos que llama amigos, Alex es uno de los de su grupo, no son cercanos pero le ha visto, ya que el chico es mayor para él, está en la universidad, aun así, ha escuchado tocar a su banda un par de veces y le han parecido buenos.


“Está bien, iré pero… ¿esta vez sí les van a pagar?”


“Claro que no”
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“El sábado… no creo que pueda, Ash, mamá y yo estamos muy atareados con esto de la universidad, tendrá que hacer préstamos para poder pagarla, pero tú ve no hay problema”


Ash se decepciona, quería ir con su novio, inmediatamente se da cuenta que se está comportando como un tonto enamorado que no puede hacer nada sin su pareja, se da una sacudida mental y decide que irá sin Eiji, después de todo no es como si no pudiese salir y divertirse solo con sus amigos.


La banda de Alex es bastante buena, han mejorado mucho, los chicos beben cerveza, él también bebe, ríen, charlan, se siente como en los viejos tiempos. Después de beberse cuatro botellas de cerveza grandes, empieza a sentirse mareado, va al baño y ahí encuentra a un tipo se le acerca para venderle algo.


Ash ya ha fumado marihuana antes, nunca se ha hecho un hábito en él pero admite que darse una fumada de vez en cuando le gusta, entonces le compra tres carrujos y sale del baño.

Esa noche la ha pasado más que bien, se ha divertido bastante y hasta se ha encontrado con la chica que fue su primera novia, seguía bastante bonita, ella le ha saludado y han intercambiado números telefónicos.

Cuando regresa a casa, llama a Eiji, le cuenta como le ha ido y el pelinegro se siente feliz por él.


“Me gustaría que hubieses venido conmigo, la habría pasado mucho mejor”


“A mí también me hubiese gustado ir, pero ya vez, aunque no creo que la hubieses pasado mejor conmigo ahí, son tus amigos, Ash”


El rubio medita que probablemente tenga razón.
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El último año de colegio siempre es el más complicado, hay muchas cosas que hacer, exámenes que rendir, universidades que buscar y cuentas por pagar. Eiji ha estado como loco esforzándose el triple para subir sus notas, poniendo en orden sus actividades extracurriculares y consiguiendo cartas de recomendación de sus profesores, lógicamente como el muchacho responsable que es, no ha podido ver a Ash tanto como hubiese querido, pero el rubio lo entiende, sabe perfectamente que Eiji tiene trabajo que hacer y él no puede interponerse sobre eso, lo sabe muy bien, aun así lo extraña y admite que también siente un poco de celos al ver a Eiji seguro tomando su camino, con su familia apoyándolo con su decisión de ser fotógrafo, dándolo todo como siempre, él en cambio se siente avergonzado porque pese a que tiene mucho más dinero que el pelinegro, no hace nada para aprovecharlo, sus padres no admiten que no estudie carreras afines con contabilidad y muchas veces se siente inseguro de sus capacidades.


Ha llegado a sentirse inferior a Eiji, como un tonto, mientras su novio ya tiene trazado su destino, él no sabe para dónde ir, quiere independizarse pero no trabaja, lo que es peor con su pésimo carácter no tiene a quién pedir algún empleo y ni hablar de recomendaciones de sus maestros.


Es sábado por la tarde y en exactamente una hora tiene una cita con Eiiji, solo a él se le ocurre ponerse a pensar en esas cosas justo antes de ver a su novio, ha salido temprano y ha llegado al parque, ahí sentado en la fría banca Ash recapitula su vida y deja que sus inseguridades lo ataquen. Quiere mejorar, quiere estar a la altura de Eiji, pero a la vez se dice a sí mismo que todo es una mierda,  ¿para  qué diablos va a convertirse en algo que no desea? No va a dejar que sus padres se metan en su vida como lo han hecho con su hermano, que hasta la novia fue conseguida y aprobada por ellos, no, Ash ya ha decidido que tras graduarse se irá de su casa, buscará un empleo de lo que sea y saldrá adelante.


Su cabeza está hecho un lío y toma la peor decisión que puede tomar en ese momento, saca la yerba que compró hace unos días.
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Está notablemente más relajado, incluso ha cerrado los ojos, es por eso que no escucha que Eiji se ha acercado para besarlo.


“¿Ash, estás bien?”


“Hola dulzura”


Ash se pone de pie y besa a su novio con pasión, se siente mucho mejor, Eiji le cuenta que ha estado limpiando su casa antes de poder ir, mientras habla Ash no ha dejado de besarlo por todos lados, más en el cuello, Eiji siente que Ash está más cariñoso que de costumbre, en un momento el pelinegro toma el rostro del rubio entre sus manos y lo mira a los ojos, definitivamente está actuando raro.


“Ash, ¡Qué pupilas tan grandes tienes!”


“Son para verte mejor”


Y Eiji entiende perfectamente qué es lo que le pasa a su novio y no sabe cómo actuar, no considera que Ash haya cometido un pecado tan grande pero se siente muy raro al verlo drogado, se pone incómodo, nunca ha lidiado con eso, entonces no sabe qué hacer, ¿descansar? ¿Le debe dar un café? ¿En cuánto tiempo se le va a pasar? Entonces solo lo toma de la mano y le sugiere caminar, el ambiente se ha puesto muy tenso.


Cuando se le pasa, Ash también se siente incómodo, prácticamente ha arruinado su cita con Eiji , no se han podido ver en días y cuando pueden él no está en sus cinco sentidos, Eiji está triste, se le nota en su expresión facial, a Ash le da tanta vergüenza que no dice nada.


“Te llevaré a tu casa”


Eiji asiente y cuando llegan el pelinegro le da una media sonrisa seguido de un beso incómodo y entra.


Ash se siente peor que en la mañana, por eso no quería tener novio, esas son las cosas que quería evitar.




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