Capitulo 2 - Confundida.

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Ella arrebató el papel de mis manos, haciendo que reaccionará, había quedado perpleja y avergonzada por la situación en la que me encontraba ahora. No sabía ¿qué hacer? o ¿Cómo reaccionar?

-¿Qué es esto? ¿Por qué está en este idioma? - Dijo examinado todo el papel. - ¿Qué mierda significa esto? Y ¿Cómo sabes que estas en problemas? - Todavía estaba en mi trance. No sabía que responderle  - ¿Me responderás? O ¿Te lo tengo que decir en... - Miro la nota una vez más, para luego fruncir el ceño. -Para el idioma que sea este? - Negué soltando una pequeña risa.

-Es griego. - Comenté después de varios minutos.

-Y ¿Desde cuando sabes griego? - Pregunto frunciendo el ceño.

-En el internado te dan cinco idiomas. - Suspire al recordar el "Internado" Una mala etapa de mi vida. - Además mi padre tenía un obsesión por incultarnos un poco de lo básico de idiomas antiguos, es raro pero a él le gustaba...- Ella abrió sus ojos. - ...Pero se me ha ido olvidando, no es fácil ese idioma.

- No me imagino cuando estén... y el susurre cosas en griego en tu oreja. Sería totalmente tierno y a la vez excitante - Se mordió el labio. La conocía tan bien que sabía que diría algo así.

-Eres morbosa ¿Lo sabes? - Ella negó con la cabeza aun con su sonrisa perversa aun en sus labios.

-No lo soy... - Alzo sus manos hundiéndose en su silla. - Solo digo la verdad. - Agarro el último trozo de manzana. - Además yo se que quieres que él lo haga, cariño.

-No lo quiero...

-Si lo quieres, no mientas Liz.

-¿Por qué quisiera que sucediera ese momento? - Pregunte desafiante.

-Porque es un dios griego, tu misma lo dijiste. - Me señalo con la botella de jugo.

Recorde de lo que le dije a ella en todo el día y en ningún momento mencione que era un "Dios griego". No lo dije en voz alta, lo sé no estoy tan loca como para mencionar algo así, y menos con Yorleska quien siempre se burlaba de mí cuando se trataba de un chico; lo había aprendido durante todo este tiempo que la venía conociendo.

-Yo no te dije eso.

-Pero lo pensaste, lo se. Te conozco lo suficiente. - Sonreí.

El timbre sonó indicando que ya había terminado la hora del almuerzo y era hora de entrar a clase, opté por no seguir la conversación y me dediqué a ayudar a Yorleska a recoger para irnos al salón.

La próxima clase era matemáticas, nos dirigimos al salón que ya se encontraban casi lleno. Los últimos puestos estaban ocupados así que decidimos sentarnos en los asientos de al frente.

- No me gusta estar sentada en estos asientos - Bufó Yorleska sentándose de manera brusca. - Además aquí no tendré un buen panorama.

- ¿Por qué? - Pregunte sacando el cuaderno de estructura, para repasar la clase pasada. Los verdes ojos de Yorleska me miraron como si estuviese matándome, alce los hombros y mi vista se dirigió otra vez al cuaderno.

- Bailey y Chris no se sentarán al frente del profesor.

- Sigó sin entender. - dije desinteresada, sabía cual era el rumbo de esta conversación.
      Bailey era el típico chico fastidioso que se hacía pasar por estar enamorado de ti solo para acostarse contigo, y Chris bueno era el guapeton de toda la universidad quien estaba realmente por una beca deportiva que le estaban ofreciendo; a Yorleska siempre le ha gustado y como es amigo de Bailey, lo menciona sólo para fastidiarme.

- Mi distracción el clases son esos dos chicos. - Paré de leer y cerré el cuaderno para después mirar a Yorleska.

- Y ¿cómo harás cuando no estén?

El Talismán © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora