Capítulo 37 - Comportamientos extraños

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Los rostros de los chicos mostraban decepción al ver aquel mensaje y no los culpaba, yo también me sentía de esa manera. Me sentía con ganas de romper lo primero que viese, pero no lo haría, me controlaría y trataría resolver y sobrellevar la situación con calma e inteligencia; los chicos decidieron que deberíamos viajar hoy mismo a Nueva York.

Erina y Steven fueron al aeropuerto para apartar los boletos del viaje a Nueva York, mientras que yo iba con Yorleska a la universidad a buscar a Francisco para que me ayudará con la situación de mi madre; Elena no se creería aquella historia: de que la universidad decidió hacer una excursión hacia Nueva York para visitar los sitios turísticos. Por más que le negué aquella idea a Yorleska ella de todas formas había llamado a mi mamá diciéndole tal cosa.

−¿Segura que Francisco estará de acuerdo con aquel plan? − Pregunté por décima vez, realmente no creía del todo de que Francisco ayudaría a cooperar con mi pequeña mentira, sabía que a Frank no le agradaba Christian y si le decíamos que íbamos a Nueva York a sacar precisamente a Christian y a Travis, en definitiva no me ayudaría.

−Sí, estoy más que segura Elizabeth. − Yorleska me dio una rápida mirada rodeando sus ojos. − ¿Puedes calmarte? Todo va a salir bien.

−Así dijo Christian, y mira, lo encerraron. − Dije molesta, crucé mis brazos y suspiro deslizando mi mirada hacía la ventana, por suerte ya habíamos llegado a la universidad. Una oleada de nervios me ataco y comencé a juguetear con mis dedos.

−Ten mente positiva, todo saldrá bien, solo son pruebas de la vida que nos están colocando para ver si somos lo suficientemente buenos en esto. − Dijo denuevo con su tono calmado, como si lo que sucediese no fuera tan relevante.

Ella detuvo la camioneta en uno de los puestos del estacionamiento de la universidad, bajamos de ésta y comenzamos a encaminar hacia el cafetín, ya que, se suponía que a estas horas nuestro grupo estaba libre puesto de que la profesora de calculo había quedado embarazada y la universidad aún no había con seguido suplente.

A lo lejos logramos ver a Francisco en unas de las mesas del cafetín con un chico tan blanco como la nieve y con rasgos conocidos, fruncí el ceño porque sentía que ya lo había visto anteriormente. De un movimiento brusco y firme, un apretón en mi brazo hizo que detuviera mi caminar hacia la mesa; Yorleska había hecho que detuviera mi caminar y volteara a mirarla a ella con el ceño fruncido.

−¿Qué haces? − Pregunto en susurro zafándome de su agarre, que como me lo esperaba había dejado una sensación de dolor y sus dedos marcados en mi brazo.

−Tenemos que salir de aquí. - Dice sin dar explicación alguna, con una expresión en su rostro horrorizado.

−¿Qué?, ¿Por qué? − Fruncí aún más mi ceño.

−Elizabeth, Crey está aquí y Dailen también. − Abrí mis ojos y deslicé mi mirada hacía la mesa donde aún se encontraba Francisco con aquel chico de piel pálida quien ahora había descubierto que era Dailen Kavajhan. Volví a deslizar mi mirada hacía Yorleska, quien se veía tan preocupada como yo.

−Vámonos - Dije rápidamente. − Mi mamá puede esperar. − Empecé a caminar al igual que ella.

−¡Elizabeth, Yorleska, Ostia hombre no se vayan ! − Nos detuvimos bruscamente al oír la voz con acento español reconocida por todos. Cerré mis ojos y un escalofríos se hizo presente. Gire lentamente hacia donde se encontraba Crey con una sonrisa, deslicé mi mirada rápidamente hacia donde Yorleska quien se veía tan asustada como yo.

Crey estaba de pies a unos cuantos metros de la mesa en donde estaba Dailen y Francisco, ellos nos observaban al igual que el resto del cafetín, esperando respuesta alguna de parte de nosotras.

El Talismán © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora