Capítulo 33 - Engaño.

59 2 0
                                    


Christian me mantuvo con el calor de sus brazos por unos minutos, y luego me soltó llevando sus manos a mi rostro, y acaricio de mis mejillas; hace minutos yo había quitado mis manos de mi rostro y una de mis lágrimas salió por mi mejilla, y aunque ya mis ojos no se encontraban cristalizados aún tenía la sensación de llorar.

− Tienes que ser fuerte con todo esto. − Comentó observando mi rostro. − Siempre estaré contigo aunque me odies por momentos - Sonreí tímidamente.

− Te sigo odiando - Él río y negó aún acariciando de mi mejilla, su risa se había esfumado y ahora una sonrisa había quedado en ella.

− Necesitamos conseguir ese talismán - Dijo luego de unos minutos. − Estoy deseando internamente que no se enteren que yo tengo lo que a ellos le falta para abrir ese portal, y mucho menos que vengan a matarte. − Trague pesado con tan solo pensar el como me matarían. Esto se estaba volviendo más complicado de lo que creía; no me había esperado absolutamente nada de esto cuando comencé a darme cuenta en lo que me estaba metiendo.

− De alguna u otra forma tenemos que ir hacía donde se encuentra el indio. − Comente sintiendo una oleada de nervios.

− Sí... − Su mano dejo de acariciar mi mejilla y la bajo hasta mis piernas. − ... No será nada fácil, pero si se trata de ti, pelearé hasta conmigo.

− Detesto que todo esto sea por mi, que tu tengas que estar saltando de aquí allá protegiéndome de cierta forma de aquellos que quieran hacerme daño.

− Ya se a vuelto algo normal en mi vida. − Dijo rodeando los ojos y sonriendo levemente. − Además me encanta hacerlo.

− Entonces, ¿Qué haremos? − Pregunté.

− Primero, jamás vuelvas hacer lo que hiciste hace unas horas - Quito su mano de pierna para cruzarla junto a su otro brazo por su pecho y empezar a mover su pierna de arriba abajo.

− ¿Qué?

− Bajarte del auto e ir a un cementerio sola.

− Al menos conseguí algo util - Murmure bajando mi mirada hacía mis manos.

− Si vuelves hacer eso, no te hablaré más, y lo digo en serio. − Sonreí y lo mire picara.

− ¿En serio? No puedes durar ni una hora sin hablarme, y lo sabes. − Dije elevando mi ceja.

− Claro que si.

− Eso no pareció encajar con lo de hoy.

− Porque fue imprevisto. − Sonreí negando. − Bueno, ya basta, tendremos luego una conversación sobre esto, ahora lo que haremos será lo siguiente...

− Que tal si vamos afuera y también se lo comentamos a los chicos. − Él asintió para decir a su vez: − Eso lo estaba pensando. − Se paró de la cama al igual que yo y empezamos a caminar hacía la puerta, Christian la abrió y salimos a la sala; los chicos se encontraban hablando sobre un programa de televisión de Reino Unido de manera tranquila.

− Se acabo la emoción - Dijo Christian dirigiéndose al sofá y sentándose en el, yo en cambio me quede al lado de Daalón dándole una sonrisa fugaz. − Tenemos que hacer algo urgentemente, Elizabeth no puede durar mucho tiempo así, y tampoco nos podemos dar el lujo de esperar a que ellos abran el portal para nosotros reaccionar. − Comenzó Christian con un tono serio y preocupado.

El Talismán © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora