Capítulo 32 - Revelación

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Marque nuevamente el número de Christian, pero fue en vano, se dirigía al buzón de llamadas. Sin saber que más hacer, algo molesta guarde mi teléfono en los bolsillos traseros de mi pantalón.

Daalón y yo habíamos caminado hacía la entrada del cementerio para ver si se encontraba Christian, pero para mi triste verdad la Jeep no se encontraba en donde se había estacionado cuando me baje. Ahora que tenía pista sobre en donde se podría encontrar el talismán, él desaparecía mágicamente.

− Debemos encontrar a Christian, necesito ese talismán lo antes posible. − Mire a Daalón quien estaba con el ceño fruncido. − Ese talismán es mi salvación en estos momentos - Susurre.

− ¿Y en dónde se encuentra Christian? Pregunto.

− No lo sé... − Murmure mirando a mi alrededor - Tal vez esté ya en el apartamento... − Volví mi vista hacía Daalón − ... O no, pero de todas maneras necesito que me acompañes, tu tienes información valiosa y no pienso desperdiciarla. − Pareció vacilar por minutos.

− ¿Si voy a buscarlo contigo ayudaras a nuestra comunidad?

− Sí - Asentí tratando de parecer segura de mi respuesta, cuando en realidad no sabía que hacer para mantener aquella raza segura. Detesto a Angelina por haberme metido en todo este embrollo, ni siquiera sabía quien era, pero en cierta forma la detestaba, por que en otro caso mi mente estaría a estas horas descansando de un día sumamente largo y pesado en la Universidad.

− Bien, ayudaré.

− Ok, ahora ¿Cómo viniste hacía acá? − Le pregunté a Daalón, él abrió sus ojos y negué levemente.

− Es un secreto - Susurro. − Pero podemos tomar el bus.

− El bus que va hasta mi edificio no pasa por estas zonas.

− ¿Es muy lejos tu edificio? − Asentí en respuesta.

− Necesitamos llegar antes de las... − Miré mi reloj y vi que solo faltaban segundos para que fuesen las doce, mamá me mataría y estaría como una loca llamándome. − Olvídalo, ya voy tarde. − Suspire mirando a mi alrededor. Detesto a Christian en estos momentos, en definitiva lo detestaba en cada minuto que pasaba desde ahora.

− Podemos tomar un taxi tal vez - Dijo haciendo que sonriera, ¿Por qué no lo había pensado? Claro, sería más fácil y llegaríamos aún más rápido al edificio.

− Cierto... espera no traje mi billetera - Suspire rodeando los ojos y cruzando mis brazos, él sonrió y elevo una ceja cruzando de igual manera los brazos.

− ¿Qué

− Tengo una ventaja, gracias a mi especie.

− ¿Qué ventaja? − Pregunté confundida, no entendía lo que me decía.

− Puedo crear una imagen el la mente del taxista y hacerle creer que ya le pagamos - Lo mire algo asombrada para decir al instante: − Tenemos que salir más a menudo. − Dije caminando más hacía la calle, por suerte a lo lejos venía un taxi. Daalón lanzo un silbido y el taxi estacionó al frente de nosotros, abrí la puerta de éste y entre al el, Daalon entró después de mí.

Después de dar mi dirección, el silencio reino el lugar, mire a Daalón y estaba con su vista perdida en el taxista, me imagine que ya estaría creando la imagen en la mente del taxista; luego de unos minutos llegamos al edificio, nos bajamos del taxi y me sorprendí al ver que el hombre quien venía manejando no nos había comentado nada.

− Eres lo mejor - Dije aún asombrada, él sonrió negando levemente.

− Es lo que más me gusta de ser Zarchie - Comento mientras no dirigíamos hacía el estacionamiento y observe el lugar a ver si encontraba la Jeep de Christian, y así fue, la Jeep se encontraba estacionada en el puesto que anteriormente ocupaba la Harley.

El Talismán © (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora